TAPACHULA. Derivado de estos efectos del cambio climático y de la construcción de la presa Chicoasén II que reinició operaciones en octubre de 2023, esta semana por segunda ocasión el río Grijalva presentó una disminución en sus niveles de hasta 80 por ciento, situación que afectó directamente a los lancheros, quienes tuvieron que cambiar de embarcadero para continuar prestando el servicio de recorrido.
Ceín Escobar Espinosa, presidente de la Cooperativa de Lancheros Ángel Albino Corzo, explicó que en promedio la pérdida económica por la paralización del servicio de recorrido turístico asciende a más de 150 mil pesos por día, ya que de seis servicios que usualmente prestan, por ahora únicamente realizan uno y a mitad de la capacidad de la embarcación.
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“Sí estamos saliendo pero río abajo, pero estamos sacando las embarcaciones con poca gente, el chiste es cuando menos recuperar algo, que salga para poder pagar a los trabajadores sus salarios, entonces eso no está afectando porque no estamos trabajando normalmente, entonces tenemos que extremar muchas precauciones, evitar que los motores queden encallados y que vayan a absorber arena y que truenen las transmisiones de cada embarcación”, comentó.
La disminución del nivel del río Grijalva se debe a la falta de lluvias y a que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) cerró las presas La Angostura y Chicoasén por las obras de construcción de la presa Chicoasén II.
Con este hecho suman dos ocasiones en menos de un año, que los prestadores de servicios turísticos ven interrumpidas sus actividades de navegación por lo bajo niveles del río y con ello decenas de turistas sin conocer uno de los sitios más importantes del estado.
La problemática del descenso del nivel del río Grijalva se agudizó durante esta semana, lo cual daños colaterales a los pobladores de Chiapa de Corzo quienes aseguran que desde hace más de ochos días se interrumpió el servicio de agua potable, ya que ante el bajo nivel del afluente no han captado el vital líquido y potabilizarlo.
Eliel Vázquez, habitante de la ciudad colonial, expuso que previo al corte del servicio de agua potable llenaron los tanques y cisternas, sin embargo, no son suficientes para abastecer tantos días, por ello han tenido que recurrir a la compra de agua en pipa a pesar de su alto costo.
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“La verdad sí porque como aquí los tanques de las casas son muy pequeñas, cisternas muy pequeñitas, en dos, tres días se acaba el agua y tenemos que recurrir hacia las pipas de agua las cuales, como saben que no hay mucha agua les aumentan el precio, está un poco más carito”, enfatizó.
Agregó que este fenómeno ocurre una o dos veces al año, pero esta vez la sequía es mayor, por lo que también otros municipios como Tuxtla Gutiérrez y Villa de Acala resultan afectados, sin embargo, los pobladores esperan que la situación se resuelva en próximos días con la llegada de las lluvias.
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