El Ejecutivo español propuso el cese del presidente independentista de Cataluña, Carles Puigdemont, y todo su equipo, limitar las funciones del Parlamento regional y convocar elecciones autonómicas antes de seis meses para restaurar el orden constitucional en esa región autónoma.
Para frenar el proceso secesionista catalán, el Consejo de Ministros aprobó un decreto, que deberá ratificar el Senado, para ejercer temporalmente las competencias del autogobierno de Cataluña, como la hacienda y el orden público, en virtud del artículo 155 de la Constitución, inédito hasta ahora en España.
Ese artículo establece que, si una autoridad autonómica incumple las leyes de forma sistemática, el Gobierno aprobará medidas concretas para asumir competencias regionales, que luego deberá autorizar el Senado por mayoría absoluta para su aplicación efectiva.
Por su parte, el presidente de la región de Cataluña, Carles Puigdemont, dijo que convocará al Parlamento autonómico para “debatir y decidir” una respuesta a las medidas contra el proceso independentista que impulsa y con el objetivo de “defender las instituciones” de Cataluña.
“No podemos aceptar este ataque”, señaló el dirigente secesionista, para quien el Ejecutivo español quiere “humillar” a Cataluña. Por eso llamó a una “conjura” para defender las instituciones catalanas y apeló a la “fuerza de la gente” para hacer valer sus
aspiraciones.
Mientras tanto, unos 450 mil independentistas encabezados por el presidente catalán Carles Puigdemont se manifestaron en Barcelona a gritos de “¡libertad!” e “independencia”.
La manifestación se había convocado originalmente para reclamar la liberación de dos líderes de organizaciones indepedentistas, Jordi Cuixart, de Omnium Cultural, y Jordi Sánchez, de la Asamblea Nacional Catalana, encarcelados como sospechosos de sedición.
Sin embargo, el anuncio del gobierno de Rajoy de que pedirá al Senado -la cámara competente- el cese de todo el gobierno independentista y la convocatoria de elecciones regionales en seis meses, realzaron el perfil de la protesta.
La llegada de Puigdemont al frente del cortejo fue saludada con gritos de “¡presidente, presidente!”. Junto a él, se colocaron el resto de miembros del ejecutivo catalán, amenazados si, en una semana, y como parece, el Senado -donde el PP de Rajoy tiene mayoría absoluta- aprueba las medidas de Rajoy.