NUEVA YORK.- Eric Schneiderman, procurador general de Nueva York, anunció que su oficina abrió una investigación sobre una empresa que supuestamente vende “bots”, o usuarios falsos que operan de manera automatizada, que emplean identidades robadas.
En un mensaje emitido el fin de semana en su cuenta de Twitter, Schneiderman destacó que “la suplantación y el engaño son ilegales según la ley de Nueva York”, por lo que había iniciado una investigación sobre la empresa Devumi, que aparentemente ha vendido millones de “bots”.
“La creciente prevalencia de bots significa que las voces reales con demasiada frecuencia son sofocadas en nuestra conversación pública. Aquellos que pueden pagar más por seguidores pueden comprar su camino a la influencia aparente”, expresó el procurador.
Añadió que internet, que debería ser una de las mejores herramientas para la democracia, parece cada vez más un terreno opaco en que hay que pagar por participar.
El anuncio de Schneiderman sucedió luego de que una investigación del diario The New York Times revelará que Devumi, una empresa con sede en Florida, ha obtenido millones de dólares en el mercado de la venta de identidades falsas en redes sociales.
“Devumi vende seguidores de Twitter y retweets a celebridades, negocios y cualquier persona que quiera aparecer más popular o ejercer influencia en línea”, indicó el diario.
El Times resaltó que la empresa cuenta con al menos 3.5 millones de cuentas automatizadas, cada una de ellas vendida muchas veces. La compañía ha proporcionado a clientes más de 200 millones de seguidores en Twitter, según descubrió una investigación del New York Times.
“Las cuentas falsas, desplegadas por gobiernos, delincuentes y empresarios, ahora infestan las redes sociales. Según algunos cálculos, hasta 48 millones de los usuarios activos de Twitter, casi el 15 por ciento, son cuentas automatizadas diseñadas para simular personas reales”, según el diario.
Mientras tanto, Facebook podría contar con hasta 60 millones de cuentas automatizadas, lo que puede ayudar a influenciar a las audiencias publicitarias y transformar debates políticos; así como defraudar negocios y arruinar reputaciones.
Pese a estos peligros, el Times señaló que la creación y venta de "bots" se encuentra en un vacío legal.