El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desestimó reportes de prensa que señalaban que su secretario de Estado alguna vez lo llamó "estúpido", pero este martes insinuó que él es más inteligente que Rex Tillerson y sugirió comparar pruebas del coeficiente intelectual de ambos para demostrarlo.
La semana pasada, Tillerson se vio obligado a negar un informe de NBC News según el cual él había llamado al presidente "estúpido" después de una reunión en julio en el Pentágono. "Él es inteligente", dijo el jefe de la diplomacia estadounidense en rueda de prensa, en alusión a Trump.
Sin embargo, algo sobre el incidente parece molestar al mandatario. "Creo que es una noticia falsa", dijo Trump a la revista Forbes. "Pero si lo hizo, creo que tendremos que comparar las pruebas de coeficiente intelectual y puedo decirte quién va a ganar", indicó en una entrevista publicada el martes.
Las declaraciones se conocieron horas antes del encuentro programado entre ambos hombres en la Casa Blanca para almorzar con el secretario de Defensa, Jim Mattis.
Antes de esa reunión, Trump insistió en que aún tenía confianza en el secretario de Estado. "No he socavado a nadie. No creo en socavar a la gente", aseguró.
Pero integrantes de la Casa Blanca admitieron que la negativa de Tillerson a negar directamente el reporte de NBC News sólo alimentó las diferencias entre ambos hombres.
Desde entonces, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly, ha estado intentando mantener cierto control sobre la crisis, un esfuerzo que ha sido sistemáticamente frustrado por los tuits y comentarios de Trump.
El informe de NBC News se conoció pocos días después de que Trump recriminara públicamente a Tillerson por "perder el tiempo" tratando de negociar con Corea del Norte para frenar su programa balístico y nuclear.
La reprimenda de Trump en Twitter reavivó rumores de que Tillerson no está contento con su puesto, aunque el exdirector ejecutivo de ExxonMobil ha insistido en que no tiene intención de renunciar.
- Tiempo diplomático crucial -
En Washington, se considera cada vez más a Tillerson, Mattis, Kelly y al jefe del Estado Mayor Conjunto, Joseph Dunford, como amortiguadores que contienen al impulsivo presidente.
Kelly ha trabajado para controlar el flujo de información que pasa por el escritorio de Trump e impuso una estructura de toma de decisiones que no existía en los primeros días de la administración.
"La Casa Blanca se ha convertido en una guardería para adultos", dijo el senador Bob Corker el fin de semana, en una asombrosa reprimenda pública por parte de un republicano que hizo campaña por Trump y preside el Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
La salida de Tillerson sería un duro golpe para aquellos que esperan templar a Trump y detener lo que Corker describió como "el camino a la Tercera Guerra Mundial".
Y no podía llegar en un momento más sensible diplomáticamente. Trump está preparado para enfrentar a Irán, al cuestionar el importante acuerdo nuclear a fines de esta semana, y parece dispuesto a aumentar las tensiones con Corea del Norte.
Tillerson también está destinado a desempeñar un papel importante en la preparación del monstruoso viaje de Trump a Asia el próximo mes, que lo llevará a Japón, Corea del Sur, China, Vietnam y Filipinas.
Aún así, no está para nada claro cuánto tiempo un secretario de Estado que ha perdido la confianza del presidente puede permanecer en su puesto.
"Cuando los funcionarios del gabinete trabajan para un presidente con el que tienen desacuerdos fundamentales, nada bueno llega", opinó Julian Zelizer, profesor de historia y asuntos públicos de la Universidad de Princeton.
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