/ viernes 11 de octubre de 2024

Sistemas de geolocalización pueden prevenir desastres naturales, pero el costo es alto

Los sistemas de geolocalización ayudan a prevenir desastres e incluso detectar puntos relacionados con actividades delictivas, pero también deteriora las conexiones neuronales

Encontrar el restaurante más cercano o la ruta más rápida al trabajo no son los únicos beneficios de la red satelital sobre nosotros. La empresa mexicana SIGSA ha estado involucrada en el análisis geoespacial de México y el mundo por más de 40 años, por lo que cuenta con los sistemas de procesamiento y análisis de datos más sofisticados en el mercado.

En entrevista con El Sol de México, la directora general de SIGSA, Paola Salmán, afirmó que estos sistemas pueden ayudar a empresas a localizar lugares oportunos para sus sucursales y permiten que los gobiernos localicen fallas en los servicios públicos. También colaboran en la prevención de desastres naturales y permiten determinar hasta 72 horas antes cuáles son las zonas propensas a inundarse o que pueden sufrir deslaves.

“Las imágenes (satelitales) normales, las que ves en tu celular, se utilizan sobre todo en la respuesta de desastres. Por ejemplo, con Otis, en Acapulco, haciendo el análisis de las imágenes de antes y después para entender cuáles son los edificios afectados, las carreteras, la infraestructura, o dónde hay inundaciones, dónde hay deslaves”, comentó.

La información estadística y geográfica permite que empresas como SIGSA se vinculen con gobiernos o empresas privadas para detectar los puntos relacionados con actividades delictivas y correlacionarlos con datos demográficos para entender a profundidad el contexto de un lugar en particular.

En este sentido, la directora de SIGSA afirma que hay otro tipo de imágenes satelitales de radar que, a través del procesamiento, permiten conocer afectaciones al medio ambiente, a la infraestructura estatal o de una empresa, pues de otra forma serían imperceptibles ante el ojo humano.

“Hay imágenes con diferentes bandas de colores que, con ciertas características, permiten ver dónde hay fumarolas de emisiones de carbono que pueden deberse a fugas de gas, o puedes ver en el océano dónde hay derrames de petróleo”, comentó.

“Te permiten entender cuáles son las áreas de mayor riesgo, probablemente 72 horas antes de que ocurra un desastre para que se puedan planear acciones de evacuación. Si lo que se puede inundar no es una ciudad, sino una refinería, un aeropuerto o una cosa así, se pueden entonces proteger los activos”, precisó.

El desarrollo de las tecnologías de posicionamiento global, o GPS, han hecho posible que empresas privadas e instituciones de gobierno puedan gestionar sus recursos al identificar fenómenos meteorológicos, desastres naturales y cosas tan complejas como el análisis de la incidencia delictiva en el espacio geográfico.

En el contexto mexicano, este tipo de empresas especializadas en el análisis geoespacial permiten conocer los patrones de consumo de una población, el crecimiento de las manchas urbanas y las posibles afectaciones al medio ambiente a partir de imágenes satelitales. Pero toda comodidad tiene un costo, como la vulneración de la privacidad, e incluso, la pérdida paulatina de habilidades cognitivas.

¿Cómo funciona la ubicación mediante el GPS?

La ubicación a través de los sistemas GPS funciona mediante el uso de una constelación de satélites coordinados entre sí y bajo el mando de una red de control en la Tierra. Los satélites envían señales de su posición y el tiempo, dictado por relojes atómicos, hacia los recibidores de GPS, es decir el teléfono del usuario, y estos calculan el tiempo que tardó la señal en llegar para determinar la ubicación relativa del dispositivo en el planeta.

En un inicio, estos sistemas de información geográfica estaban reservados para el uso exclusivo del Ejército. Sin embargo, a finales del siglo pasado el entonces presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, anunció que el GPS estaría disponible para el uso civil. Y para el año 2000, el presidente Bill Clinton anunció el inicio de una red GPS con “disponibilidad selectiva” para uso civil que restringía cierta información por razones de seguridad nacional.

La modernización de los satélites GPS logró que la ciudadanía tuviera acceso a la información satelital sin restricciones.

Apps generan dependencia para encontrar calles y rutas

El lanzamiento de Google Maps en 2005 significó un parteaguas en la forma en que nos ubicamos en el mundo. Los mapas satelitales de Google llegaron a México en 2008, cuando la empresa decidió que este sería el primer país de Latinoamérica con el servicio, y desde su lanzamiento en territorio nacional contó con la función de Street View, una visualización del entorno a nivel calle.

Hoy, los mapas digitales son una realidad del día a día. De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en Hogares realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en 2023, que mide los hábitos de consumo de los usuarios de internet en México, señala que las personas que utilizan un teléfono celular inteligente aprovechan las aplicaciones de tránsito y navegación asistida en un 50.7 por ciento.

Un usuario a punto de utilizar Google Maps. Foto: Nadya Murillo / El Sol de México


No obstante, la comodidad de trazar rutas a cualquier lugar y en cualquier momento podría venir a expensas de nuestro desarrollo cognitivo.

De acuerdo con el doctor Norberto Fabián Raschella, profesor de Neurología de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral y jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Austral, el cerebro humano puede volverse menos eficiente una vez que hemos aprendido una ruta, pero decidimos usar un GPS para orientar el camino.

Raschella explica que seguir las instrucciones que dicta la voz o el gráfico del GPS deteriora las conexiones neuronales, pues son actividades que no nos ejercitan mentalmente.

La directora general de SIGSA también tiene sus consideraciones respecto a la privacidad de los datos. Salmán recuerda la legislación entrada en vigor en 2021 que le permite a los bancos rastrear la localización de sus usuarios de banca electrónica cuando realicen transacciones.

Son cosas como ver a qué aplicaciones les estás compartiendo tu ubicación, pues mucha gente no se da cuenta que en automático le está compartiendo su ubicación no solo al banco sino todo el tiempo y a muchísimas aplicaciones.Paola Salmán.

La realidad es que México aún no se encuentra en el mismo terreno de posibilidades en materia de imágenes satelitales que el resto del mundo. De acuerdo con Paola Salmán, el rezago en la red de satélites en México requiere que las imágenes utilizadas por el gobierno mexicano sean provistas por los equipos satelitales de empresas internacionales.

Todas las imágenes que usa el gobierno son provistas por empresas extranjeras. Para países como el nuestro o casi todos los de Latinoamérica, es muy difícil tener una cantidad de satélites suficiente que te permita tener cubierto el territorio nacional.Paola Salmán.

SIGSA abordó esta problemática a través del Proyecto México, el cual busca hacer un inventario de los recursos dentro del territorio nacional para así entender de mejor manera el territorio, el crecimiento de las manchas urbanas y las poblaciones en asentamientos irregulares.

La directora Paola Salmán concluye que la facilidad con la que conseguimos transporte o alimentos mediante estas tecnologías y aplicaciones ayudan a valorar este tipo de información, fomentan la innovación y el desarrollo en el sector para la toma de decisiones.

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“Creo que el uso de estas aplicaciones nos ayudan a tener un mejor entedimiento del valor de este tipo de información. Eso nos ha permitido seguir fomentando la innovación, que la gente vea cada vez más aplicaciones y usos para este tipo de información, y que la pueda aprovechar para tomar mejores decisiones”.

Encontrar el restaurante más cercano o la ruta más rápida al trabajo no son los únicos beneficios de la red satelital sobre nosotros. La empresa mexicana SIGSA ha estado involucrada en el análisis geoespacial de México y el mundo por más de 40 años, por lo que cuenta con los sistemas de procesamiento y análisis de datos más sofisticados en el mercado.

En entrevista con El Sol de México, la directora general de SIGSA, Paola Salmán, afirmó que estos sistemas pueden ayudar a empresas a localizar lugares oportunos para sus sucursales y permiten que los gobiernos localicen fallas en los servicios públicos. También colaboran en la prevención de desastres naturales y permiten determinar hasta 72 horas antes cuáles son las zonas propensas a inundarse o que pueden sufrir deslaves.

“Las imágenes (satelitales) normales, las que ves en tu celular, se utilizan sobre todo en la respuesta de desastres. Por ejemplo, con Otis, en Acapulco, haciendo el análisis de las imágenes de antes y después para entender cuáles son los edificios afectados, las carreteras, la infraestructura, o dónde hay inundaciones, dónde hay deslaves”, comentó.

La información estadística y geográfica permite que empresas como SIGSA se vinculen con gobiernos o empresas privadas para detectar los puntos relacionados con actividades delictivas y correlacionarlos con datos demográficos para entender a profundidad el contexto de un lugar en particular.

En este sentido, la directora de SIGSA afirma que hay otro tipo de imágenes satelitales de radar que, a través del procesamiento, permiten conocer afectaciones al medio ambiente, a la infraestructura estatal o de una empresa, pues de otra forma serían imperceptibles ante el ojo humano.

“Hay imágenes con diferentes bandas de colores que, con ciertas características, permiten ver dónde hay fumarolas de emisiones de carbono que pueden deberse a fugas de gas, o puedes ver en el océano dónde hay derrames de petróleo”, comentó.

“Te permiten entender cuáles son las áreas de mayor riesgo, probablemente 72 horas antes de que ocurra un desastre para que se puedan planear acciones de evacuación. Si lo que se puede inundar no es una ciudad, sino una refinería, un aeropuerto o una cosa así, se pueden entonces proteger los activos”, precisó.

El desarrollo de las tecnologías de posicionamiento global, o GPS, han hecho posible que empresas privadas e instituciones de gobierno puedan gestionar sus recursos al identificar fenómenos meteorológicos, desastres naturales y cosas tan complejas como el análisis de la incidencia delictiva en el espacio geográfico.

En el contexto mexicano, este tipo de empresas especializadas en el análisis geoespacial permiten conocer los patrones de consumo de una población, el crecimiento de las manchas urbanas y las posibles afectaciones al medio ambiente a partir de imágenes satelitales. Pero toda comodidad tiene un costo, como la vulneración de la privacidad, e incluso, la pérdida paulatina de habilidades cognitivas.

¿Cómo funciona la ubicación mediante el GPS?

La ubicación a través de los sistemas GPS funciona mediante el uso de una constelación de satélites coordinados entre sí y bajo el mando de una red de control en la Tierra. Los satélites envían señales de su posición y el tiempo, dictado por relojes atómicos, hacia los recibidores de GPS, es decir el teléfono del usuario, y estos calculan el tiempo que tardó la señal en llegar para determinar la ubicación relativa del dispositivo en el planeta.

En un inicio, estos sistemas de información geográfica estaban reservados para el uso exclusivo del Ejército. Sin embargo, a finales del siglo pasado el entonces presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, anunció que el GPS estaría disponible para el uso civil. Y para el año 2000, el presidente Bill Clinton anunció el inicio de una red GPS con “disponibilidad selectiva” para uso civil que restringía cierta información por razones de seguridad nacional.

La modernización de los satélites GPS logró que la ciudadanía tuviera acceso a la información satelital sin restricciones.

Apps generan dependencia para encontrar calles y rutas

El lanzamiento de Google Maps en 2005 significó un parteaguas en la forma en que nos ubicamos en el mundo. Los mapas satelitales de Google llegaron a México en 2008, cuando la empresa decidió que este sería el primer país de Latinoamérica con el servicio, y desde su lanzamiento en territorio nacional contó con la función de Street View, una visualización del entorno a nivel calle.

Hoy, los mapas digitales son una realidad del día a día. De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en Hogares realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en 2023, que mide los hábitos de consumo de los usuarios de internet en México, señala que las personas que utilizan un teléfono celular inteligente aprovechan las aplicaciones de tránsito y navegación asistida en un 50.7 por ciento.

Un usuario a punto de utilizar Google Maps. Foto: Nadya Murillo / El Sol de México


No obstante, la comodidad de trazar rutas a cualquier lugar y en cualquier momento podría venir a expensas de nuestro desarrollo cognitivo.

De acuerdo con el doctor Norberto Fabián Raschella, profesor de Neurología de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral y jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Austral, el cerebro humano puede volverse menos eficiente una vez que hemos aprendido una ruta, pero decidimos usar un GPS para orientar el camino.

Raschella explica que seguir las instrucciones que dicta la voz o el gráfico del GPS deteriora las conexiones neuronales, pues son actividades que no nos ejercitan mentalmente.

La directora general de SIGSA también tiene sus consideraciones respecto a la privacidad de los datos. Salmán recuerda la legislación entrada en vigor en 2021 que le permite a los bancos rastrear la localización de sus usuarios de banca electrónica cuando realicen transacciones.

Son cosas como ver a qué aplicaciones les estás compartiendo tu ubicación, pues mucha gente no se da cuenta que en automático le está compartiendo su ubicación no solo al banco sino todo el tiempo y a muchísimas aplicaciones.Paola Salmán.

La realidad es que México aún no se encuentra en el mismo terreno de posibilidades en materia de imágenes satelitales que el resto del mundo. De acuerdo con Paola Salmán, el rezago en la red de satélites en México requiere que las imágenes utilizadas por el gobierno mexicano sean provistas por los equipos satelitales de empresas internacionales.

Todas las imágenes que usa el gobierno son provistas por empresas extranjeras. Para países como el nuestro o casi todos los de Latinoamérica, es muy difícil tener una cantidad de satélites suficiente que te permita tener cubierto el territorio nacional.Paola Salmán.

SIGSA abordó esta problemática a través del Proyecto México, el cual busca hacer un inventario de los recursos dentro del territorio nacional para así entender de mejor manera el territorio, el crecimiento de las manchas urbanas y las poblaciones en asentamientos irregulares.

La directora Paola Salmán concluye que la facilidad con la que conseguimos transporte o alimentos mediante estas tecnologías y aplicaciones ayudan a valorar este tipo de información, fomentan la innovación y el desarrollo en el sector para la toma de decisiones.

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“Creo que el uso de estas aplicaciones nos ayudan a tener un mejor entedimiento del valor de este tipo de información. Eso nos ha permitido seguir fomentando la innovación, que la gente vea cada vez más aplicaciones y usos para este tipo de información, y que la pueda aprovechar para tomar mejores decisiones”.

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