Lejos de tener un juicio justo, Jesús pasó por un vaivén hasta llegar al momento de la crucifixión, y cada Jueves Santo se recuerda este recorrido con la visita a los Siete Altares o Siete Templos.
Uno de los eventos que se recuerda en Semana Santa dentro de la Iglesia Católica, es el juicio al que fue sometido Jesús de Nazaret; al respecto, Tomás Cruz Perales, vocero de la Arquidiócesis de San Luis Potosí, recordó que la visita a los Siete Altares representa el vaivén por el que pasó Jesús.
De acuerdo al evangelio, Jesús fue apresado el jueves por la noche, misma que pasó de un lugar a otro siendo juzgado, y el viernes comenzó la flagelación, coronación y el camino hacia el calvario.
El sacerdote dijo desconocer hace cuántos años comenzó a celebrarse la visita a los Siete Altares, sin embargo destacó que es una tradición "muy arraigada y la afluencia de las personas es muy numerosa, esto se da única y exclusivamente el jueves".
La tradición consiste en recorrer siete iglesias que asemejan cada uno de los lugares que visitó Jesús: primero el Huerto de los Olivos, donde lloró y sudó sangre; después la casa de Anás, donde Judas lo entrega a las autoridades: luego la casa de Caifás, donde es acusado con falsos testimonios y Pedro lo niega; posteriormente la casa de Poncio Pilatos, donde el pueblo Judío pide que sea condenado; después la casa del Rey Herodes, donde le colocan la túnica blaca; regresa a la casa de Poncio Pilatos y éste se lava las manos; y finalmente, la séptima casa corresponde al sepulcro.
En cada una de las iglesias que se visitan, se hace una oración en señal de acompañamiento a Jesús, así como muestra de arrepentimiento y perdón. En las iglesias, las imágenes religiosas son cubiertas con mantas moradas en señal de luto.
Si bien cada persona puede elegir qué iglesias o templos va a visitar, Cruz Perales mencionó que generalmente las ubicadas en el Centro Histórico son las que presentan mayor afluencia de feligreses, debido a que cuentan con acceso peatonal y la cercanía entre una y otra.
Como anécdota, recordó que monseñor Antonio Szymanski Ramírez acostumbraba realizar esta visita en templos de la periferia, a donde llegaba de sorpresa.