En San Luis Potosí, la edad promedio de violencia hacia las mujeres está en el rango de los 25 a 40 años, las agresiones tienen mayor énfasis en su edad adulta, donde hay un repunte todavía mayor.
Así lo confirmó la coordinadora estatal del Centro de Justicia para Mujeres, Julieta Méndez Salas, quien refirió que “septiembre fue uno de los meses más difíciles del año”.
La funcionaria estatal destacó que, a la par de esta situación, también se han incrementado los casos de denuncia, “tenemos una violencia estructural, que se agudizó con la pandemia de Covid-19 en la que las personas conviven más tiempo”.
Informó que, ante ello, la dependencia a su cargo implementó un modelo de atención a víctimas de violencia familiar, con el objetivo de crear espacios terapéuticos, que permitan a los participantes comunicarse con seguridad y confianza”.
Lo anterior, abundó, dentro del Modelo de Atención a Niñas, Niños y Adolescentes Víctimas de Violencia Familiar.
Explicó que este modelo fue creado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo (USAID, por sus siglas en inglés), en alianza con la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (CONAVIM).
El programa, citó, contempla el desarrollo de diez sesiones terapéuticas grupales, dirigidas a niñas, niños y adolescentes y diez sesiones grupales psicoeducativas para las personas cuidadoras, bajo el liderazgo de los equipos de psicología de los Centros de Justicia en los municipios de Rioverde, Matlapa, Matehuala y San Luis Potosí.
Méndez Salas añadió que “con esto logramos atender y contener en etapa temprana los efectos de la violencia familiar en estos grupos de población, a partir de la generación de habilidades de protección, indistintamente de su calidad de testigo o víctima y de habilidades de crianza positiva en sus madres o la figura que la represente”.
Finalmente, la titular de los CJM indicó que, a la par de este modelo, los departamentos de psicología en las cuatro sedes, estarán preparando a las madres en esquemas de crianza positiva y disciplina respetuosa para lograr crear hogares seguros libres de violencia.