A tres semanas de que el gobernador del estado, Juan Manuel Carreras López anunciara el retorno al semáforo Rojo en la entidad, con el fin de contener el número de contagios por Covid-19, así como las defunciones por la pandemia, tal parece que la población comienza a entender que lo mejor es no salir de casa y si hay necesidad, debe hacerlo utilizando las medidas preventivas necesarias.
En un recorrido que realizó El Sol de San Luis por el corazón de la ciudad, se constató que los pasillos del mercado República lucieron un tanto vacíos en la hora pico de las 12:00 horas, tanto los pasillos de las frutas y verduras como los de las laterales de venta de ropa y flores, y los compradores que se encontraron, por fortuna sí utilizaron las medidas adecuadas.
En el exterior del mercado, como en las calles 16 de Septiembre y Moctezuma, se observó como nunca, poca movilidad de vehículos y de personas; en la calle Reforma que siempre es excesivo el cruce de peatones, esta vez se vio muy reducida movilidad los días viernes y sábado.
El intenso tráfico de camiones urbanos y de vehículos particulares y de alquiler, fue escaso; algunos comerciantes como la señora Rosario, gritaba “pásele, pásele, aviénteme un pesito y llévese la semilla de Moringa”, y nada que hubo respuesta, ante la escasez de compradores en el mercado.
Por la zona de Los Huaracheros, también los profesionistas que se dedican a la reparación de calzado se observaron con pocos clientes, y ni se diga en los pasillos donde se vende ropa y fritangas, además de algunos puestos de elotes, solos, muy solos.
La explanada Ponciano Arriaga también lució como nunca, con un porcentaje de paseantes y compradores muy reducido, esto es buena señal de que la población comienza a comprender que es mejor quedarse en casa, con el fin de ayudar a las autoridades a reducir esta pandemia que se ha convertido en una pesadilla y ha dejado muchos lugares como si fuera una zona de guerra.
El coronavirus mortal, ha pegado fuerte en las familias de San Luis Potosí y el mundo; qué bueno que la población coopere disminuyendo la movilidad, sobre todo en las zonas de mayor afluencia.
Por cierto en nuestro recorrido, vimos muy deteriorado el puente elevado de la avenida Reforma, por supuesto con gran riesgo para las personas que suben para cruzar la calle, no le vendría mal un arreglo, para evitar que tropiecen o bien sean víctimas de algún atraco por parte de los malhechores que rondan por el lugar, situación por la que los comerciantes, piden más seguridad.