A sus 13 años de edad, Ingrid Judith Hernández Antonio, originaria de Tamazunchale en la Huasteca Potosina y quien sufre de una Hemorragia Intercraneal y malformación Arterial, vio realizado su sueño de ser enfermera militar por un día, y con gran animo aunque poco expresiva, tuvo oportunidad de convivir con médicos y enfermera castrenses en el Hospital Militar Regional.
A su llegada en compañía de sus padres hermanas y personal de la Fundación Cumple un Sueño, Ingrid fue recibida por el Coronel de Infantería D.E.M. Julio César Chávez Castro, y elementos del 40 Batallón de Infantería quienes tenían preparado todo un programa de actividades a desarrollarse como parte del sueño de Ingrid.
Luego del acto protocolario de bienvenida y entrega de placa y uniformes, se procedió a conducir a Ingrid en una ambulancia militar dadas sus condiciones de salud, a las instalaciones del Hospital donde fue testigo de los trabajos que realiza el personal de enfermería militar, dirigidos por el Coronel Médico Cirujano Víctor Salvador Posada, director del Hospital Militar Regional, quien dijo que para el personal castrense es muy importante que quienes acuden a sus instalaciones a conocer más de su trabajo, vean y entiendan que el personal desempeña diversas funciones.
Sobre la visita y sueño de Ingrid, dijo que “es una gran oportunidad de ser parte de nosotros, de ser ese soldado de la patria que cada uno somos, y es muy atinada la apertura de la Secretaría de la Defensa Nacional para contribuir en el cumplimiento de los sueños de esos niños y niñas que quieren ser militares pero que por sus condiciones de salud no tienen la posibilidad de aspirar a ello en su vida adulta”, muchos de ellos tienen padecimientos muy severos que merman de manera importante su desarrollo físico.
Dijo el Coronel que las puertas de la 12ª Zona Militar están abiertas, y si alguien más tiene la inquietud de cumplir su sueño de ser parte de las Fuerzas Armadas que se acerquen para que se materialice ese sueño y conozcan más de su Ejército Mexicano.
Por su parte, la señora Esperanza Antonio Trejo, madre de Ingrid y de dos menores más narro lo difícil que ha sido para la familia lidiar con su enfermedad, por un lado por el tema de los recursos y por el otro por los cuidados y atención que ella requiere las 24 horas del día.
“Ella se pone muy mal, deja de comer, es un padecimiento genético que no puede operarse, la atienden médicos aquí y en Monterrey con radio cirugías, hay que estar pendiente de ella día y noche porque si le drena -sangre- la arteria puede tener convulsiones”.
Ingrid sufre de hemorragia en el cerebro, una arteria abierta de nacimiento drena su sangre de manera constante, generando coágulos de difícil tratamiento por la ubicación de la arteria.
“Nosotros somos vendedores ambulantes, trabajamos en lo que sale y vivimos al día, ha sido pesado afortunadamente encontramos la Asociación Dewey que nos está apoyando mucho y que ella haya podido cumplir su sueño le motiva mucho, tanto que ha mostrado ligera mejoría, y ha estado comiendo”.
En su día como enfermera militar, Ingrid, vistió dos uniformes, el típico de color blanco con su cofia, y el verde pixelado, con sus botas y placa tal cual viste un militar, conoció las unidades del Ejército y Guardia Nacional, así como las actividades que realiza el equipo antibombas y el adiestramiento de los binomios caninos además de ver el funcionamiento del equipo de comunicación.
Emocionada aunque poco expresiva, Ingrid se mostro contenta no solo de haber hecho realidad su sueño sino también de convivir por primera y tal vez única vez, con los elementos de las Fuerzas Armadas, momentos que han quedado ya en su memoria.