Familiares de las víctimas de Filiberto N, el también llamado multi feminicida de Tamuín, hicieron un llamado a las autoridades federales para que se dicte sentencia para esta persona, quien permanece recluido en un penal de máxima seguridad en Durango desde el año 2014, año en que confesó el asesinato de, al menos, 5 mujeres en esta localidad de la Huasteca potosina.
Denunciaron que el proceso judicial sigue estancado a pesar de que se cuenta con la confesión de esta persona y de que en su momento se encontraron pruebas de sus crímenes como los restos de las víctimas en un cañaveral de Tamuín.
Guadalupe Chávez, familiar de una de las víctimas, dijo que tras acudir al juzgado a revisar el avance de este caso le informaron que los poderes judiciales de San Luis Potosí y Durango están a la espera de un exhorto para poder proceder a un juicio y que si bien la audiencia de derecho podría celebrarse en un corto plazo, los reiterados atrasos han ocasionado que las víctimas indirectas de este caso ya no confíen en el sistema judicial mexicano.
Una de las preocupaciones de los familiares es que Filiberto quede libre a pesar de las pruebas que existen en su contra, por lo cual hicieron una denuncia pública para que la población y las autoridades no olviden este caso a 10 años de la detención del sujeto.
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Aún así, las madres de Rosa María Sánchez, Adriana Martínez Campuzano, Itzel Romany Castillo, Dulce Ximena Reyes y Eliehoenai Chávez dijeron tener la esperanza de que un juzgado dicte sentencia a Filiberto Hernández y pague por los crímenes que cometió.
¿Quién es el multi feminicida de Tamuín?
Filiberto N, nació en Ébano y radicó en Tamuín, localidad donde presuntamente impartía clases de Karate y, además, era catequista.
Fue detenido en el año 2014 por agentes de la Policía Ministerial de la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado de San Luis Potosí y confesó haber violado y asesinado a, por lo menos, una mujer adulta y 4 menores de edad.
En su confesión, el hombre detalló el lugar donde habría dejado los cuerpos de sus víctimas, lo cual habría servido como prueba para ser sujeto a un proceso legal; sin embargo 2 años después, en 2016, un juez estuvo a punto de dejarlo en libertad tras acusar que habría confesado esos crímenes tras ser sujeto a torturas.
En aquel entonces, los familiares de las víctimas denunciaron que las autoridades no integraron correctamente las carpetas de investigación, entre otras anomalías en el proceso, aunque en 2017 otro juez revocó el auto de libertad concedido el año anterior.
A más de 14 años del inicio de estos crímenes y 10 más de haber sido detenido, Filiberto Hernández se encuentra preso en un Centro Federal de Readaptación Social (CEFERESO) en la ciudad de Gómez Palacio, Durango, sin haber sido sentenciado por estos crímenes.