El Gobierno Federal le otorgó a la empresa Gusi, 30 millones de pesos, inversión que debería aplicarse para contar con un biodigestor, y dar tratamiento al excremento del ganado y no contaminar el medio ambiente, pero esta obra nunca se realizó y hoy el problema es grave en términos generales.
Tal información la dio el diputado federal Ricardo Del Sol Estrada, y se logró saber que el dinero si lo recibieron, pero como no se contrató a gente especializada con gente que trabaja para esa empresa, realizaron el biodigestor, mismo que colapsó en poco tiempo y todo el excremento del ganado que tiene en corrales a orillas de la carretera Valles-Tampico, está expuesto a la intemperie, y lo grave es que hay escurrimientos hacia el río “Tampaón”, lo que podría desencadenar en una epidemia que afecte a la población.
También se menciona que se bajaron proyectos para las engordas, para crear en las mismas biodigestores, pero en el caso de esta empresa localizada en Tamuín, no se invirtió en eso el dinero, y el problema es que traen ganado de Centroamérica, así como del sureste, y si algún animal trae fiebre aftosa, se desataría una pandemia en gran parte de la región.
Esta denuncia la han hecho algunos ganaderos, quienes señalan que quieren alertar a la ciudadanía, porque es un problema que existe, y se piensa que hay poco control en las guías ganaderas, que se desconoce quién controla esto, porque no puede llegar a la Huasteca ganado enfermo, por lo que buscan la intervención del Congreso de la Unión y terminar con estos problemas y al igual que otras empresas, que estos cumplan con la normativa anticontaminante que la ley marca.
Lo del biodigestor, se aprobó la inversión con la finalidad que Gusi generará energía y gas al utilizar el estiércol de las vacas, y generarlo por ello les autorizaron los 30 millones de pesos, pero lo gastaron sin cumplir con la normativa establecida, por lo que actualmente el problema es grave porque se desconoce que hacen con todo el estiércol que se genera diariamente en los corrales de engorda que tienen.
A la vez se conoció que en San Luis Potosí hay tres rastros tipo TIF, 2 de ellos están en la Huasteca, hechos con recursos federales, los cuales están en manos de los Gutierrez, dueños de Gusi y Praderas Huastecas, ubicados en Tamuín, de los que se desconoce que hacen con la sangre y el agua que utilizan al realizar el proceso de matanza, lo que tiene que ser tratado, pero las autoridades respectivas, no saben que destino final tienen.