Ante el avistamiento más frecuente de jaguares en la sierra Abra-Tanchipa, protectores de la flora y la fauna, hacen el llamado para que las autoridades correspondientes mejoren la vigilancia y proteger esta especie que esta en riesgo de extinción, además de conservar su hábitat en la región.
A través de un video que circula en las redes sociales, que dicen fue tomado en un Valle de la reserva de la biósfera en el municipio de Tamuín, se puede observar un ejemplar de jaguar cuyo peso tal parece supera los 100 kilos, el cual avanza entre la maleza y un pastizal, aparentemente para cazar una presa que tal parece es un venado, pero no se aprecia bien por la distancia.
En las últimas fechas es más frecuente el avistamiento de jaguares de más de un metro de longitud en lo que es la zona de amortiguamiento de la reserva de la Biósfera Abra-Tanchipa, lo cual es muestra que esta especie de la fauna cuenta con su hábitat en la sierra, lo que también permite entender que el ecosistema en esta parte de la zona y la biodiversidad se recuperan, pero a la vez urge ampliar la protección de esta especie y evitar que cazadores furtivos los cacen.
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También circula otro video cerca del ejido “Las Palmas” en Tamuín, donde se aprecia un jaguar que va por un camino que lleva a la sierra Abra-Tanchipa y se maneja que este video mas reciente, pudo haberse grabado desde una torre hechiza que son las que construyen cazadores furtivos, que se dedican a la cacería furtiva de venado y otras especies de mamíferos, pese a que estén protegidos por la ley.
Al respecto el ingeniero Alejandro Aguilar Fernández, Ecologista que participa en acciones para la protección de los ecosistemas y biodiversidad de la región, que forma parte de organizaciones protectoras del medio ambiente, señaló que se trata de un jaguar el que aparece en el video, tal como los captados por las videocámaras colocadas por la Secretaría del Medio Ambiente en diversas zonas de la sierra Abra-Tanchipa.
Además indicó que el jaguar llegó a estar casi extinto en la región por causa de los depredadores o cazadores que los mataban o atrapaban y venderlos vivos, lo que en parte se suspendió por el decreto que establece que es especie en peligro de extinción que esta protegido por las leyes federales y es un delito que se sanciona con cárcel y multas bastante elevadas.