La vacuna contra influenza es un biológico trivalente muy efectivo que una vez aplicada cuenta con 15 días para que empiece a hacer la cobertura del organismo, por eso se comenzó a aplicar desde el mes de octubre en menores de 5 años, adultos mayores, personas con obesidad y diabetes, con VIH y embarazadas principalmente, la cual se ha aplicado ya un 70 por ciento de su meta total, indicó Miguel Lutzow Steiner, Director de Salud Pública de la Secretaria de Salud.
La vacuna contra la influenza no ocasiona cuadro gripal ya que está hecha con virus inactivados y estos no son capaces de generar enfermedad. Los efectos secundarios reales posterior a la aplicación de la vacuna contra la influenza se clasifican en locales y sistémicos, los efectos secundarios locales son dolor, inflación y enrojecimiento y es debido a la aplicación, los efectos secundarios podrían ser fiebre no alta, dolor de músculos y malestar general, pero en una menor proporción.
“La vacuna es nuestra primera gran defensa, obviamente también estamos hablando de la fortaleza de cada organismo, por eso tenemos grupos blancos que son los más débiles, y a quienes destinamos como prioridad la vacuna, la misma es cien por ciento segura y cubre contra los virus de influenza que circulan en la temporada”.
La influenza es una enfermedad aguda de las vías respiratorias, es curable y controlable si se recibe atención médica oportuna y con los cuidados necesarios en casa, agrega que hasta la semana epidemiológica 43 no se tiene ningún caso confirmado en el estado, aunque se presentarán porque la influenza es un virus de circulación anual que encuentra mejores condiciones de propagación en época de frío.
El Director de Salud Pública detalló que hay que estar al pendiente de los siguientes signos y síntomas: fiebre de 38°C o más, tos y dolor de cabeza de reciente inicio, acompañados de escurrimiento nasal, enrojecimiento nasal, congestión nasal, dolor de articulaciones, dolor muscular, decaimiento (postración), dolor al tragar, dolor de pecho, dolor de estómago, diarrea.
Las medidas preventivas van encaminadas a reducir la probabilidad de contagio y transmisión del virus son lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o utilizar gel con base de alcohol, al toser o estornudar, cubrirse la nariz y boca con un pañuelo desechable o con el ángulo interno del brazo, no escupir. Si es necesario hacerlo, utilizar un pañuelo desechable, meterlo en una bolsa de plástico, anudarla y tirarla a la basura; después lavarse las manos, no tocarse la cara con las manos sucias, sobre todo la nariz, la boca y los ojos, limpiar y desinfectar superficies y objetos de uso común en casas, oficinas, sitios cerrados, transporte, centros de reunión, etc., ventilar y permitir la entrada de luz solar.
Así como quedarse en casa cuando se tienen padecimientos respiratorios y acudir al médico si se presenta alguno de los síntomas, evitar cambios bruscos de temperatura y corrientes de aire, abrigarse bien.