Es urgente una estrategia de ingeniería para evitar el colapso vial que hay por toda la ciudad, destacó el empresario Alberto Narváez Arochi.
El empresario mencionó que "si bien las obras son necesarios y qué bueno que se están haciendo", ha sido evidente que no hay coordinación entre los diferentes órdenes de gobierno, pues mientras Gobierno realiza una obra, el Ayuntamiento hace otra en la misma zona, y cuando los automovilistas buscan vías alternas, llegan a calles con el mismo congestionamiento vial.
Reconoció que la rehabilitación de calles "siempre afectará la vialidad", sin embargo insistió en que debieran existir protocolos para que no se afecten las vías alternas al mismo tiempo.
Agregó que además, en las obras más grandes debiera existir señalética y presencia de agentes de tránsito para orientar a los ciudadanos y evitar accidentes, pero "no los hay, falta mucha logística, mucha coordinación".
Destacó que esta falta de estrategias en ingeniería vial, afectan al comercio, ya que con el cierre de calles los clientes no pueden llegar a los negocios, y en ocasiones hay cierres que ni siquiera tienen explicación; como ejemplo mencionó que constantemente se bloquea la circulación en la calle Othón a partir de 20 de Noviembre, y es una de las dos únicas opciones que tienen los automovilistas para atravesar "el corazón" del Centro Histórico.
Reprobó que esto no solamente impide que los compradores lleguen a los negocios, sino que solamente manda la congestión vial de un punto a otro.
Como otro ejemplo de la falta de ingeniería vial, Narváez Arochi señaló que a diario, el pasaje Hidalgo es recorrido por más de 45 mil paseantes, y a pesar de ello no existe señalética en las calles que la atraviesan para indicarle a los automovilistas que deben dar preferencia al peatón y establecer una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora, "eso, contrario a lo podría suponerse, hace más fluida la vialidad, es lenta pero ordenada y menos riesgosa".