La reparación de la memoria de las Víctimas de feminicidio es fundamental para romper con las estructuras sociales y políticas que estigmatizan e impiden el acceso a la verdad, la justicia y la reparaciones del daño, así lo señaló Tania Reneaum, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y quien se presentó en el panel “Derecho a la Memoria de las Víctimas de Feminicidio”, organizado por Amnistía Internacional México y San Luis Potosí.
“La Comisión reconoce que son hechos que afectan de manera desproporcionada a las mujeres y las víctimas, pero los hechos de violencia, asegura la Comisión Interamericana afectan de manera desproporcionada a las mujeres y esto constituye una discriminación estructural en contra de ellas e identifica, las consecuencias de la invisibilización de estos tipos de violencia”, explicó.
En este sentido, la especialista refirió que en México, hay una ausencia de datos estadísticos oficiales, sobre cuántas mujeres desaparecen, cuántas mujeres son víctimas de feminicidios, cuántas mujeres mueren por otros hechos de violencia distintos al feminicidio, lo que resulta en una especie de legitimación social de la violencia y dificultades acceso a la justicia.
“La Comisión Interamericana ha reconocido la cultura de discriminación contra la mujer y el uso de estereotipos de género, lo que construye el concepto de violencia estructural, formatos y estructuras de discriminación profundamente arraigadas en la sociedad y como esto se refleja en las leyes, en las políticas públicas pero sobre todo en el trato que los servidores y las servidoras públicas dan a las mujeres en situaciones de violencia. El uso de estereotipos de género tiene no solamente un efecto sesgado sobre las investigaciones , sino que tiene otros efectos sobre la propia vida de las víctimas, por ejemplo la descalificación”.
Por lo que los proceso de verdad, justicia y reparación del daño a las víctimas, se han construido a partir de narrativas de revictimización y consideró, que el derecho a la memoria de las víctimas de feminicidio, debe ahondar en el análisis del rol que las mujeres tienen en los conflictos y traer al frente a las mujeres con sus voces y con sus formas de reparación y con sus narrativas sobre cómo se sienten.
“Culturalmente las mujeres se sienten mejor y más reparadas cuando tienen posibilidades de ello, así es que lo primero que tenemos que hacer con los feminismos que nos interpelan en ello, es que no debemos jerarquizar las experiencias de las víctimas, no hay víctimas más importantes que otras, no hay dolores más profundos que otros, hay que procurar dar una relevancia similar a todas ellas”.
Por último Tania Reneaum indicó que es necesario seguir trabajando por garantías de no repetición, pues existe un trabajo pendiente es tan fuerte, pues parecen “a veces un sueño”, cuando las autoridades tendrían que dar el cumplimiento más inmediato a la dignificación y memoria de las víctimas de feminicidio, una deuda que que se debe exigir al Estado.