Impuestos y la creación de un clúster vitivinícola, son los principales retos que enfrenta esta industria en San Luis Potosí, expuso Alejandro Espinosa Abaroa, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y de Alimentos Condimentados (Canirac) y fundador del Festival Internacional del Vino de San Luis Potosí.
Este martes dieron inicio las clases magistrales dentro del México Selection by CMB 2024, en donde Espinosa Abaroa fue el encargado de presentar la ponencia “Vinos de San Luis Potosí”; en ella se remontó a la historia de las haciendas, que fueron las primeras en producir vinos en la entidad. Mencionó la de Bledos, ubicada en el Valle de San Francisco, donde las primeras referencias de producción datan de 1746; Carranco, donde se producía uva para vinos tintos y blancos; Calderón, que en los años de 1790 fungía como fábrica de sidra, y destilaba vino de uva blanca y roja de sus propios viñedos. Ello dio paso a que en 1886 se conformara la sociedad Vitivinícola potosina con el objetivo de elaborar vinos certificados por la Comisión de Bebidas y Comestibles y así combatir la fabricación ilícita de vinos.
Posteriormente dio un panorama de los productores actuales: Pozo de Luna, fundado en 2011con un territorio de 15 hectáreas en Soledad de Graciano Sánchez, cuenta con etiquetas de vino tinto, rosado y blanco; Viña Cordelia, fundado en 1948 con 2 hectáreas propias y 14 más en alianza con vecinos en , cuenta con etiquetas de vino tinto, blanco y rosado; Fronda Vitivinícola fundada en 2022, con 0.63 hectáreas en Villa de Reyes, cuenta también con etiquetas en vino tinto, blanco y rosado; Bodega 1881, fundada en 2007, con 15 hectáreas en Soledad, que maneja únicamente etiqueta en vino rosado; Cava Quintanilla, fundada en 2011 con 120 hectáreas en Moctezuma, que cuenta con 14 etiquetas en cuatro líneas comerciales; La Malanca, fundada en 2017, con 2 hectáreas en Rioverde, cuenta con una sola etiqueta de vino de mesa dulce natural; Parras del Altiplano, ubicado en Venado con etiquetas en vino blanco, rosado y tinto; Viña Coronado, ubicado en Soledad con etiquetas en vino tinto y rosado; y Bodega Gran Tonel, fundado en 2009 en Soledad con etiquetas en vino tinto, blanco y rosado.
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Destacó que además, San Luis Potosí ha contribuido a la industria vitivinícola con el Festival Internacional del Vino, surgido hace 14 años, y que es visitado por más de 55 mil personas, aunado a que es el festival vitivinícola con más presentaciones culturales en el país; y con la Gran Vendimia, donde se unen las vinícolas y marcas potosinas. Así como la edición del libro “Bebiendo Nuestra Tierra”, de Pablo Aldrete y Guillermo García Navarro, que trata sobre los orígenes de la industria vitivinícola en México.
Señaló que entre los retos que enfrenta la industria vitivinícola en San Luis Potosí, se encuentran los cambios de clima, en especial el agua; la carga tributaria que se aplica a los vinos producidos en México, pues la carga tributaria es tal que constituye el 50% del costo al cliente por botella, de manera que el vino mexicano aún es elitista por el costo al que se tiene que vender, “es complicado competir con un vinícolas de todo el mundo donde el vino vale un euro, dos euros, cuando aquí hacer una botella cuesta 160 pesos y a eso le tienes que agregar los impuestos”; y la integración de un Clúster Vitivinícola que agrupe a los productores, ya que mencionó que estados como Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes han crecido más rápido que San Luis, “la única manera de crecer la vitivinicultura en San Luis es uniéndonos”, para lo cual se requiere apoyo del gobierno.
Finalmente, indicó que la meta es desarrollar la infraestructura con apoyo de gobierno uniendo la naturaleza, cultura y vino para consolidar a San Luis como un destino de enoturismo atractivo.