Sara Muñoz Zarate, jefa de Medicina Familiar de la Unidad de Medicina Familiar, UMF No. 47 del Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS, habló sobre el trastorno bipolar, que según la Organización Mundial de la Salud, OMS, reveló que la tasa de prevalencia a lo largo de la vida de espectro bipolar es de 2.4 por ciento, por lo que no es tan común esta enfermedad.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades sanitarias a nivel mundial es difícil detectar esta enfermedad que tiene que ver con la mente ya que los síntomas varían.
Puede presentarse un episodio maniaco como: optimismo, nerviosismo o tensión, aumento de actividad energía o agitación, sensación exagerada de bienestar y confianza en sí mismo (euforia), menor necesidad de dormir.
También puede verse con malas decisiones como: compras excesivas, prácticas sexuales de riesgo, o inversiones absurdas. Episodio depresivo mayor: sentirse triste, vacío, desesperanzado, ganas de llorar, en niños o adolescentes irritabilidad, perdida de interés, adelgazamiento importante, insomnio o dormir demasiado. Sentimiento de inutilidad, culpa excesiva e inadecuada, no se pueden concentrar, piensan en suicido o lo planifican o lo intentan.
La especialista respondió la pregunta si este padecimiento ¿puede surgir a cualquier edad? “generalmente se diagnostica en la adolescencia o poco después de los 20 años”.
Aunque también comentó que existe una característica especial que puede hacer detonar este fenómeno sanitario como es la existencia y prevalencia de periodos donde exista y se presente mucho estrés como por ejemplo, la muerte de un ser querido u otras experiencias traumáticas, abuso de alcohol o drogas.
Hay un dato que es alarmante en este tema y tiene que ver con los genes familiares, pues desafortunadamente este problema de salud, es hereditario “si, es más frecuente en personas que tienen un familiar de primer grado”.
El estado de San Luis Potosí no es ajeno a esta circunstancia de salud y en la delegación estatal del Instituto Mexicano del Seguro Social en contadas ocasiones se han detectado a pacientes que enfrentan esta condición que no es curable pero sí se controla a través de diversos mecanismos tanto farmacológicos como con la asistencia del personal calificado de psicología y psiquiatría que están atentos a las necesidades de cada uno de los que llegan a enfrentar este proceso.
Se ha concientizado a la población sobre el tema, pero aún hace falta mucho para lograr una concientización efectiva. Y lo que se recomienda para esta enfermedad es estimular a la persona a desarrollar una red de apoyo que incluya a familiares, amigos, grupo de autoayuda y profesionales de la salud mental.
“Distintas personas proveen diferentes tipos de apoyo. Darle acompañamiento y transmitirle a la persona que se preocupa y cree en ella o él, puede ser una forma de apoyo muy valiosa. No olvidar que siempre hay una persona detrás del diagnóstico y de la enfermedad. No focalizarse siempre en el trastorno bipolar”.
Se debe ser cuidadoso y no caer en una actitud paternalista o condescendiente cuando entregue su ayuda. También se puede implementar para tratar de prevenir un episodio de depresión, hacer algo de actividad (caminata) y ejercicio físico, ponerse objetivos pequeños alcanzables y alcanzarlos paso a paso, reconocer los eventos y experiencias positivos cuando éstos ocurran.