Luego de erradicarse casi en cien por ciento el trasiego de animales en peligro de extinción en la carretera 57, esta situación se presenta ahora en empresas de paquetería, principalmente en el centro de distribución ubicado en el interior del Aeropuerto Internacional Ponciano Arriaga, donde el origen de envío es básicamente de Guadalajara y Guanajuato y de destino Monterrey Nuevo León y Querétaro.
En promedio cada semana se decomisan serpientes Pitón Bola, Boa Constrictor y Peyote (vegetal), que son especies protegidas, también y en grupos, Ambronias y Tortugas del Desierto, especies en amenaza de extinción, en paquetes se han encontrado también gracias a los binomios caninos de la Guardia Nacional adscritos al Aeropuerto Internacional, pieles de cocodrilo que son especies que cuentan con una clasificación de protección especial.
Un dato que destacan personal de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, (Profepa) y de la Guardia Nacional, adscritos al área de supervisión en el Aeropuerto, es que el número de decomisos se incrementó considerablemente durante la pandemia, de un paquete con uno o dos animales cada dos o tres semanas, a tres o cuatro paquetes con hasta seis contenedores de animales en los cuales van de entre cinco o seis animales hasta 10 o 12.
Otras especies que no están en las categorías de riesgo mencionadas, pero que también son materia de trasiego son de acuerdo con la Guardia Nacional, Gecos Leopardos que llegan a crecer hasta 40 centímetros, Tarántulas, Lagartijas, Lagartos Arboreo Terrestre, Ciempiés, Escorpión Asiático, Camaleones, Ranas, Órgano Crispado y tortugas, así como Halcones y Aguilillas.
Algunos de estos animales tienen algún grado de toxicidad para la población, o representan algún riesgo, como ejemplo se destacó a las serpientes piton y Constrictor, que como su nombre lo dice son constrictoras y llegan a medir de cinco a seis metros, estas especies son nativas del Río Nilo básicamente, algunas criadas de manera clandestina para su venta en el mercado negro como mascotas,otras especies son traídas desde Paquistán, la India, África y África Central, así como de Centroamérica, entre otros países aunque también son reproducidos ilegalmente.
San Luis Potosí es básicamente sitio de paso más que de venta de animales en riesgo de extinción, aunque las autoridades no descartan que de manera clandestina pudiera darse esta situación.
Cuando la Guardia Nacional, gracias a sus binomios caninos detecta la presencia de alguna especie animal, se da aviso a la Profepa y se procede a revisar la procedencia, si el paquete se acompaña de documentos que acrediten su legal traslado y posesión, así como las condiciones físicas de las especies y se da seguimiento a la información, por lo general los datos de remitentes y números de teléfono resultan ser apócrifos cuando se rastrean para dar con los responsables de los envíos y de quienes reciben, “el "ocurre" es el común denominador y al ser falsos los datos de envío es difícil dar con un responsables, aunque en algunos casos se ha logrado".
Sergio Valdés Palacios, cuidador de algunos animales asegurados, destacó que no todos los que se decomisan son aptos para su liberación en suelo potosino, puesto que si ecosistema original no le permite su adaptación y liberarlas podría generar por un lado su muerte inminente y por el otro, de llegar a adaptarse podrían convertirse en una plaga que amenace la vida de otras especies locales e incluso a las personas.
Otras no pueden regresarse a su hábitat natural, puesto que son originarias de la India, Paquistán, y otros países, estas especies se resguardan bajo vigilancia tanto de la Guardia Nacional y de la Profepa en una Unidad de Manejo Ambiental, en tanto se realizan las investigaciones correspondientes.