Salir de prisión luego de purgar 24 años de condena no es nada fácil para el procesado en libertad y mucho menos para la familia, ese es el caso de don Gregorio y sus hijos, para quienes la libertad del adulto mayor tiene como significado un grave problema.
Luego de 24 años de estar en prisión, don Gregorio regresó a su humilde hogar donde para él todo es nuevo, desconocido, "ha cambiado tanto", todo lo que él conocía y como lo conocía, de manera que es para sus hijos y nietos, como un desconocido, ellos igual para él.
Y aunque algunos de sus hijos le visitaban de vez en cuando en prisión, las pocas horas de convivencia dentro de un reclusorio no resuelven el tiempo de ausencia, pues desde niños su padre ha estado en prisión.
A sus 80 años, don Gregorio vuelve a la libertad después de estar 24 en el penal de La Pila, sus hijos al recibirlo mostraban emociones encontradas.
De acuerdo con información de los abogados de la organización RENACE Capítulo San Luis que lograron su preliberación, los hijos de don Gregorio manifestaron estar felices de tenerlo con ellos pero fue más su preocupación porque no sabían dónde, con quién iba a vivir, como van a solventar su alimentación, el pago de medicamentos, sus necesidades como adulto mayor.
Y aunque el amor de hijos es evidente, la mayor parte de su vida don Gregorio ha estado ausente y la convivencia repentina que ya no sería por sólo horas, cambiaba toda expectativa que pudieran tener, pues el adulto mayor además de los achaques de la edad, podía tener conductas y actitudes que ellos desconocían y no sabían cómo afrontar.
"Les ayudamos a salir, a resolver un problema y también les generamos otro, de cómo los van a atender, buscamos tene algunos apoyos económicos, pero es una realidad muy compleja, don Gregorio llevaba más de 24 años en la cárcel, para él y para su familia es muy difícil compatibilizar la libertad con su vida cotidiana, no hay una política pública de cómo apoyar a las familias cuando una persona sale de prisión, a quienes llevan tantos años recluidas les cuesta mucho trabajo reintegrarse, no hay un plan ni un programa se les deja así y esto genera una crisis".
Los abogados de RENACE destacan que en prisión hay un buen número de personas de más de 60 años, en algunos casos están enfermos, en otros las familias los abandonan y no hay quien los visite ni hay quien los atienda, "es un problema grave, por eso es importante que las preliberaciones sean ágiles, nosotros buscamos una iniciativa para eso y que cuando los adultos mayores llevan el 80 por ciento de su condena y llevan buena conducta pueda autorizarse y agilizarse su preliberación".
Añadieron que hay penales que no logran una reinserción plena por lo cual, poco sirve dejar a una persona de edad muy avanzada en la prisión y que además se encuentren enfermos.
Por otro lado, aceptaron lo difícil y complejo que resulta para las familias atender a un adulto mayor que sale de prisión.
"Es un reto para las familias de pocos recursos, la familia de don Gregorio nos platicaba con preocupación que no tenían recursos que no sabían cómo iban a resolver el problema del señor, por un lado están contentos con su libertad pero preocupados de cómo hacer frente a su enfermedad, como atenderlo, dónde va vivir y sobre todo de quién le va a cuidar, comentan que no tienen espacio para él, puesto que cada uno hizo su vida sin considerar un espacio para el señor porque él estaba en prisión y con pocas posibilidades de obtener su libertad, entonces están enfrentándose a una situación muy complicada".
Para el adulto mayor la situación no es diferente, sale acostumbrado a una vida de años de encierro, de situaciones complejas que sus hijos difícilmente entienden, y que tal vez nunca sepan, por lo tanto muchos de estos adultos terminan en el abandono, en la indigencia o volviendo a delinquir, les es muy difícil acostumbrarse a la libertad, muchos no logran adaptarse a su familia en su nueva realidad.
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