Hace seis años a María Magdalena le destruyeron la vida, fue acusada delincuencia organizada, y después de pasar cinco años en prisión logró comprobar su inocencia, a pesar de ello, no ha tenido siquiera una disculpa por lo que ha vivido.
La madrugada del 10 de mayo de 2013, María Magdalena escuchó ruidos en la azotea de su vivienda, al asomarse por una de las ventanas vio sujetos con cascos tipo militar, comenzó a gritar y rompieron la puerta para ingresar a su cuarto, entraron cinco sujetos que con vendas le amarraron las manos y cubrieron sus ojos, y la comenzaron a golpear.
Mientras la golpeaban le pedían que confesara ser contadora de un grupo delictivo y que les diera las ubicaciones de armas y droga, al negar las acusaciones fue subida a una camioneta en donde siguieron los golpes, la llevaron a un lugar en donde fue amarrada a una silla, golpeada, víctima de descargas eléctricas y violentada sexualmente. Al mantener la negativa de las acusaciones en su contra, fue amenazada con que lo mismo que le hacían a ella se lo harían a sus hijas; María Magdalena se dedicaba a poner uñas de acrílico, pero por temor cedió a declararse culpable de lo que decían.
La mujer fue detenida bajo los cargos de delincuencia organizada, portación de armas, cartuchos y droga, por lo que fue trasladada a una prisión de máxima seguridad en Tepic, Nayarit, donde pasó dos años, y después fue remitida al Centro Federal de Readaptación Social número 16, CPS Femenil Morelos. Después de pasar cinco años y medio en prisión, María Magdalena probó su inocencia y salió en libertad, incluso el 30 de mayo de 2017 la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió la Recomendación 20/2017 por detención arbitraria, actos de tortura y violencia sexual, dirigida a la Secretaría de Marina.
Este martes María Magdalena se presentó al Congreso del Estado, donde se esperaba la visita del presidente de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) para exponerle su caso, pues es fecha en que no hay reparación del daño por parte de la SEMAR, “ni disculpas he tenido”, aunado a que tampoco ha recibido apoyo por parte de la representación estatal de la CEAV.
María quiso exponer su caso para que esto no le pase a más personas, “porque no se vale que te destruyan la vida”, y es que tanto Amnistía Internacional como la CNDH han documentado más casos como el de la potosina, “en el Informe Sobreviví a la Muerte de Amnistía Internacional, somos casi 100 mujeres y de ellas tres potosinas violentadas por servidores públicos federales; y en Mujeres con la frente en alto de la CNDH somos 26”.
Aunque no acudió el presidente de la CEAV, se quedó con la promesa de ser escuchada por la directora de Políticas Públicas, Capacitación e investigación de la Comisión.
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