- Este tiempo litúrgico nos permite buscar lazos de reconciliación y de paz espiritual
“Todo sacrificio debe tener un sentido Cristiano, no hay que hacer sacrificios nada más porque sí, todo lo que realicemos en esta Cuaresma debe tener un auténtico sentido de caridad fraterna, de pensar en el otro, de ser compartido, porque la Cuaresma no es privarse de un gusto y ya todo queda ahí, es ejercer la caridad con el pobre y marginado, que no tiene carne o algo nutritivo para comer. Es decir, si no voy a tomar un refresco, o un postre por sacrificio o me privo de un lujo, ese dinero que me ahorré, dárselo a un pobre que no tiene ni lo indispensable para vivir. Es un donar, un practicar la caridad con sentido, no sin sentido. Todo lo debemos hacer por amor a Dios y al prójimo”.
“La Cuaresma es tiempo de conversión, penitencia, caridad y oración, como nos lo pide Cristo bendito. Es un tiempo litúrgico que nos permite buscar lazos de reconciliación y de paz espiritual, porque también nos pide ser mejores seres humanos, mejores ciudadanos y cristianos, es decir, nos debemos esforzar por ser mejores padres de familia, mejores hermanas(os), mejores educadores de nuestros hijos, mejores trabajadores y creyentes que pongan su fe de manifiesto, de tal forma que quien nos vea, contemple en nosotros el rostro misericordioso de Jesucristo”.
Así lo señaló el Arzobispo de San Luis Potosí, Monseñor Jorge Alberto Cavazos Arizpe, quien agregó:
“Los invito a prepararse para vivir este Miércoles 22 de Febrero el Santo Tiempo de Cuaresma que dura 40 días, el cual comienza con la Imposición de la Ceniza, y nos recuerdan los 40 años que pasó el Pueblo de Israel en el Desierto. También nos recuerdan esos 40 días que Nuestro Señor Jesucristo estuvo ayunando en el Desierto día y noche, orando antes de vivir su Pasión Dolorosa, Muerte y Pascua de Resurrección”.
“La Cuaresma no es privarse de un gusto y ya todo queda ahí, no!!!, para nada!!. Dijo el jerarca católico: “Jesús nos pide ejercer la caridad con el pobre y marginado, con aquel que no tiene carne o algo nutritivo o sustancioso para comer, porque la Cuaresma, tiempo de conversión, penitencia, caridad y oración. Este tiempo litúrgico nos permite buscar lazos de reconciliación y de paz espiritual”.
“Hagamos un esfuerzo por reconciliarnos con quienes nos han herido, humillado, ofendido, sobajado, o maltratado con alguna actitud elitista y descortés, o con dotes de superioridad. Perdonemos con un corazón humilde, limpio de todo pecado, sea venial, sea mortal y para que Dios nos fortalezca y no caigamos en pecado mortal, auxiliémonos de los Santos Sacramentos”.
“La Cuaresma es un despojarnos de aquello que a lo mejor no nos ha ayudado a mejorar en los diversos aspectos de nuestra vida, puede ser nuestra soberbia, egoísmo, rencor, vanidad, vanagloria, odio hacia los demás, ínfulas de superioridad, pereza, vicios como la gula o los excesos deplorables que nos degradan como personas y nos hacen actuar de forma inconsciente o mal intencionada”.
“Las abstinencias como la de no comer carne los viernes, o ayunar el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, esto es en base a un sacrifico, pero para que con aquello que no gastamos o no comemos de más, donemos o demos algo a quien más lo necesita, pues hay muchos hermanos que están necesitados de salud, de alimentación, de ayuda, de fraternidad, necesitados de fe, porque muchos la han perdido y hay que ayudarles a que la recuperen y nosotros hay que reforzarla”.
“Tenemos que saber compartirles de lo que tenemos, la Cuaresma por sí misma sería nada más una serie de ritos, es encaminarnos hacia el Tiempo de la Pascua, porque nos prepara para el Triduo Pascual, que nos recuerda que Cristo triunfó sobre el mal y sobre la muerte y nos ayuda a darle sentido a los ayunos, a las abstinencias, y a otras obras de justicia, de paz y de caridad, negar nuestro egoísmo, acabar con él para darle honor y gloria a Cristo Jesús con nuestras acciones y así demostrarle nuestro amor”.