Con su fachada de cantera labrada, el Templo de San Agustín se levanta altivo y majestuoso en el Centro Histórico de la capital de San Luis Potosí al constituirse como uno de los grandes atractivos turísticos.
Su diseño con influencia renacentista muestra una espectacular puerta finamente tallada flanqueado por nichos -uno a cada lado- en forma de concha con sendas pilastras del orden toscano que van adosadas al muro.
Sus torres son de gran belleza, una de ellas levantada a mediados del siglo XVII. Para admirar el notable y artístico labrado de la torre, vale la pena subir la azotea.
Las columnas barrocas del primer cuerpo son salomónicas sostenidas por angelitos entrelazados
El majestuoso templo perteneció a la Orden de los Agustinos, que llegaron a San Luis en 1599 con Fray Pedro de Castroverde a fundar hospedería para los que pasaban a Zacatecas. Años después, hacia 1615, estuvo ahí el célebre cronista fray Diego Basalenque, quien levantó el templo y convento y, además fue el primero en fundar "estudios de gramática para los niños españoles del pueblo, que no había". A mediados del siglo XVIII se construyó la dinámica y esbelta torre mayor.
En un principio operó como espacio de alojamiento para sacerdotes de dicha orden y una capilla. Durante Las Leyes de Reforma parte del convento fue destruido.
En su interior existen algunos detalles sobresalientes como son la puerta de la sacristía y un lavabo de arquitectura churrigueresca. Por las noches, la preciosa torre mayor, edificada en estilo barroco durante el Siglo XVIII, refulge al contacto de las luces artificiales dispuestas a su alrededor.
La actual sacristía, amplia y elegante, se encuentra en la parte posterior o el testero del Templo: tiene una cúpula central y cinco bóvedas; la cúpula central se encuentra atrás del Altar Mayor, carece de tambor y es circular; ahí, en la misma cúpula, hay ángeles danzantes que realizan su movimiento corporal ataviados con plumas en las cabezas, esculpidos en la bóveda y que muestran un acabado policromado y dorado. Son esculturas novohispanas que aún permanecen como muestra del gran trabajo del esculpido en piedra que se realizaba en San Luis Potosí.
Además de ser los únicos ángeles bailarines de San Luis, son claros ejemplos de la mezcla de las culturas mesoamericanas con lo católico, salvo las alas, todo en ellos es indígena: la vestimenta, los rasgos y la actitud que recuerdan más a los danzantes o a los guerreros que a los apacibles y serenos ángeles europeos tradicionales.
En dos de las bóvedas laterales sin tambor y en el intradós de la media naranja o sea en cada una de las que se encuentran a cada lado de la cúpula central hay al centro la figura en relieve de un águila bicéfala, recuerdo indudable de la casa de los Hamsburgo de Austria. Esto no quiere decir que forzosamente sea del siglo XVII, ya que después de que los Borbones dejan el trono español en 1700, se continuaron labrando las águilas de dos cabezas.
En la salida de Sacristía, que es una de las dos más bellas de San Luis, tiene un digno remate en esta cúpula de seis gajos siendo la más rica e interesante que la del crucero del templo, afortunadamente no fue destruida ni alterada durante el neoclásico por lo que conserva los elementos que la hacen única, como son sus ángeles danzantes y los querubines que los flanquean.
Un rasgo distintivo de esta cúpula es que el tambor, fue sustituido por seis ventanas octagonales, de marcos delicadamente trabajados, que se alternan con los ángeles.
En esta temporada de Semana Santa, El Sol de San Luis te muestra lo más impresionante del arte sacro de la capital potosina, sitios dignos de visitarse y admirarse, por lo que abrimos nuestros especiales con el titán del renacimiento, el majestuoso Templo de San Agustín.