El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un problema de salud pública que afecta el desarrollo y calidad de vida de las personas, este padecimiento se puede detectar antes de los seis años, con una incidencia del 5 al 7 por ciento en infantes. Se detecta con mayor frecuencia en varones, sin embargo la atención se brinda a quien lo solicite.
Es una condición que persiste a lo largo de la vida, aunque los síntomas se podrán manifestar de manera diferente de acuerdo a la etapa del desarrollo, de la gravedad de los síntomas y de las estrategias de compensación que desarrolle cada paciente y de si ha tenido la oportunidad de recibir tratamiento o no, de modo que un cierto porcentaje de adultos aún persisten con síntomas de impulsividad, distracción e hiperactividad repercutiendo en su nivel de funcionamiento.
Rosario Narváez, Psiquiatra Infantil y del Adolescente de la Clínica Psiquiátrica Dr. Everardo Neumann Peña, remarca que si bien los principales síntomas del TDAH son la hiperactividad (patrón marcado y persistente de inquietud), impulsividad (actuar sin medir consecuencias, exponerse a riesgos y conductas temerarias) e inatención (distracción, dificultades para enfocar la atención en la tarea o actividad principal, olvidos frecuentes, dificultad para concluir tareas y compromisos, etc.), es muy frecuente que las personas con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad manifiestan comorbilidades como: trastornos de ansiedad, depresión, problemas con el consumo de sustancias, alteración de la personalidad y conducta antisocial, en especial si no reciben una atención adecuada.
Este problema se caracteriza por alteraciones cognoscitivas, conductuales, emocionales y sociales que repercuten en el comportamiento global de la persona que lo padece. Además el desarrollo de este trastorno es variable.
No hay dos personas iguales por lo tanto, no hay dos pacientes iguales, cada niño tiene manifestaciones específicas del trastorno de acuerdo a su personalidad, su entorno y las oportunidades de atención que tenga. La atención tiene por objetivo mejorar el funcionamiento actual del niño, cuidar su autoestima, su rendimiento escolar, su integración con sus compañeros y su calidad de vida en general, de este modo prevenir las complicaciones o comorbilidades antes mencionadas en su vida futura.
Emitió las siguientes recomendaciones a los padres de familia: diagnóstico oportuno, estructurar el tiempo y actividades, prevenir y organizar, enseñar al niño o adolescente a seguir reglas, descubrir que habilidades posee su hijo y fomentarlas, concentrarse en el aprendizaje, no en las calificaciones, nunca criticarlos o hacerlos sentir mal, no intentar abordar todos los problemas al mismo tiempo, mantener una adherencia al tratamiento farmacológico y psicológico. Para los padres buscar orientación sobre el diagnostico. Al mismo tiempo de complementarlo con actividades deportivas y de actividad física, así como juegos recreativos y otras actividades que ayuden a estimular el desarrollo de acuerdo a su edad.
Refirió la importancia del diagnóstico oportuno, pues su tratamiento permite disminuir los riesgos que conlleva, como sufrir maltrato infantil, rechazo escolar o bullying, aislamiento social, y en los adolescentes el consumo de sustancias nocivas para la salud.
Leer más de El Sol de San Luis