"Aquí estamos, jugándole al vivo para poder comer", externó un taxista mientras aguardaba la llegada de algún pasajero, frente a la alameda "Juan Sarabia"; detrás de él otros cuatro taxis en modo de espera."Y no nada más es comer, es pagar deudas, el agua, la luz", detalla Roberto, quien asegura que desde que se puso en marcha la contingencia sanitaria por el Covid-19, la clientela ha descendido drásticamente.

Otro de sus compañeros señala que muchos taxistas han dejado de trabajar o renunciado porque "no sale lo de la gasolina, menos lo de la liquidación", pues varios concesionarios ni siquiera les hacen descuento, y les siguen exigiendo la misma cantidad por turno.

Sin embargo, otros han dejado el trabajo por temor a contagiarse de coronavirus. "El Gobierno nos dice que no podemos dejar de trabajar, por ser un servicio escencial; los compañeros mejor están renunciando...".

Respecto a las medidas sanitarias, algunos llevan su gel antibacterial o su rociador con algún líquido desinfectante; ninguno de los taxistas consultados tiene conocimiento de la sanitización por parte del Ayuntamiento o del Gobierno del Estado.

Explicaron que, a través de los propietarios de los vehículos, se les hizo saber que deben desinfectar las uniaddes después de cada servicio, y no subir a más de tres pasajeros, de preferencia en el asiento trasero.

"El gel nosotros lo compramos, no nos lo dan", se quejó otro taxista. Relató que inspectores vigilan que se cumplan con las medidas sanitarias, pero nadie ha acudido a sanitizar sus vehículos, como se hace con los camiones del transporte urbano colectivo.