“Szymanski fue un hombre de acción. Era el equilibrio entre conservadores y liberales y si hubiera tenido la necesidad de bajar al infierno a platicar con el diablo porque así le convenía a la Iglesia…él lo hubiera hecho, sin dudarlo”.
Eduardo Izar Robles, político, hombre de letras y actual diputado en funciones de suplente, desmenusa en pocas palabras lo que desde su punto de vista, fue la aportación política de monseñor Arturo Szymanski Ramírez en su paso terrenal desde su postura como jerarca eclesiástico.
“Szymanski tenia una doble personalidad: como cristiano le sirvió mucho a la Iglesia y como mexicano le sirvió mucho a México. Si Szymanski hubiese vivido en la Independencia, tal vez la hubiera encabezado; si hubiese vivido en tiempos de Juárez tal vez no hubiese habido la guerra de las leyes de reforma y si hubiese vivido en tiempos de Calles, tal vez no hubiese habido la Cristiada como sucedió”.
“Entendía cual era el papel de la Iglesia y cual era el papel del Estado…tanto que le decían PRIManski”. “Y presumía de haber sido muy amigo de la Quina, que era líder petrolero con fama de corrupto, pero al fin de cuentas Szymanski estaba para perdonar pecados y tal vez se los hubiera perdonado a su amigo. Siempre mantuvo una gran identidad con el Gobierno y no en la búsqueda de intereses personales, sino de mantener una estabilidad social”.
“Creo que le hubiera pasado lo que le pasó a Juan Pablo II: hubiera ido también a Cuba a platicar con Castro, si hubiera sido su papel. Hubiera bajado al infierno a platicar con el Diablo, porque si a la Iglesia le convenía platicar con el Diablo, él lo hubiera hecho”.
Ser factor de estabilidad era su papel, en una realidad donde la religión tiene muy dividida a la sociedad mexicana: conservadores y liberales.
- Oiga, ¿cree que hubiese perdonado a los delincuentes por robar como negocia López Obrador con la Iglesia para que ya no sea pecado?
“Hubiese tratado de hablar con gentes que manejaban grandes negocios ilegales para buscar mayor estabilidad. Al final de cuentas le interesaba la tranquilidad y la paz social, porque con declaraciones no se ganan guerras y él era un hombre de acción”.