Por la contingencia sanitaria, los operativos de inspección de fabricas de ladrillo están suspendidos, pero las pláticas con sus propietarios y encargados continúan para convencerlos de utilizar combustibles amigables con el medio ambiente en sus procesos de cocción, que es la principal falta por la que son clausuradas.
El director de Gestión Ecológica y Manejo de Residuos del Ayuntamiento capitalino, Israel Esparza Rodríguez, informó que antes de suspender las revisiones se clausuraron 11 ladrilleras, casi la mitad de ellas por denuncias directas de vecinos de fraccionamientos aledaños; la mayoría se ubica en el norte de la capital potosina, en la zona de las terceras y en el camino a Peñasco.
Recordó que los operativos se realizan coordinadamente con la Dirección de Comercio Municipal, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente –PROFEPA-, y la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental –SEGAM-.
La clausura procede por el uso de materiales prohibidos en la cocción de ladrillos, tales como residuos de la industria automotriz, plásticos, unicel, o material de manejo especial, como son las llantas, y otros. En varios casos, también se ha detectado la falta de licencia de funcionamiento.
Asimismo, la sanción que marca la ley va de 10 a 100 UMAS; sin embargo, cuando hay reincidencia, como ya ocurrido con varias, se procede a la clausura definitiva, y en casos extremos se da la detención y consignación de sus encargados por delitos delitos ambientales.
Cuando la clausura es definitiva, el ladrillero debe buscar otro sitio para instalarse. Esparza Rodríguez mencionó que la intención es regularizar esta actividad y que se trabaje de acuerdo a lo que marca la ley, pero insistió en que se dialoga constantemente con los responsables de estas fábricas artesanales.