El horno y la fosa son dos opciones válidas y aceptadas por potosinas y potosinos como destino de su cuerpo al morir, aunque las opiniones se dividen de acuerdo a la edad, la idea de que “el alma es lo que prevalece y no el cuerpo” es coincidente entre la gente.
En sondeo realizado por El Sol de San Luis, los entrevistados respondieron a la pregunta de ¿qué les gustaría que pasara con su cuerpo al morir, si ser inhumado o ser cremado? y ¿por qué?.
El señor Miguel Ángel Gómez, de la tercera edad refirió tener todo preparado, “mi familia ya sabe que hacer conmigo, ya tengo mi lugarcito con mis hermanos y mi madre, en mi familia nadie ha sido quemado y no quiero ser el primero (risas)”.
Por su parte la señora Patricia Hurtado advirtió “mire, a final de cuentas el alma es la que se va al cielo o abajo, debemos preocuparnos por hacer el bien y no el mal en vida, pero si me dan a escoger yo prefiero quedar entera en una tumba y que me vayan a ver, como yo veo a mis muertitos”.
Por su parte María Teresa Ortíz se dijo en contra de hablar de esos temas “yo creo que eso es algo de la familia y no tenemos por qué estar contándoselo a toso el mundo, que hagan lo que hagan con una no importa, ya no vamos a sentir nada ¿no cree?”
De igual manera el joven Toño dijo que no importa si el cuerpo se crema o se le da sepultura, “si hay algo más allá no creo que tenga que ver si la persona se quema o se entierra, es un cuerpo, yo no creo ni que se sienta nada después ni que haya reencarnación”.
Finalmente, Noé Hidalgo, empleado, dijo por su parte que debemos estar preparados para la muerte y no lo hacemos “nunca me había puesto a pensar en qué quiero si me muero, creo que nunca pensamos en la muerte más que en estos días, y aún así lo tomamos a burla, pero así somos los mexicanos.