Cada papel, cada envoltura, cada resto de alimento que es desechado a la basura indudablemente formará parte de las 924 toneladas de Residuos Sólidos Urbanos que diariamente genera la capital potosina en hogares, comercio e industria, y que terminará confinada antes de la tradicional pepena en la localidad de Milpillas.

En esa separación de residuos -según estimaciones de la Dirección de Gestión Ecológica y Manejo de Residuos- se recicla aproximadamente el seis por ciento de la basura.

El resto es transferida del basurero de Milpillas –más conocido como “de Peñasco”, por ubicarse en la carretera rumbo a esa localidad- a una de las celdas de confinamiento o relleno sanitario San Juanico, la que puede recibir hasta de 197 mil 752 toneladas, y es la quinta que se ha abierto desde el inicio de su operación; los residuos derivados de la industria reciben un tratamiento especial.

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La dependencia municipal recordó que la actual administración fue galardonada por la Asociación de Profesionales en Residuos DS Latinoamericana, que le entregó el Premio a la Trayectoria en la Gestión de Residuos, reconocimiento es el primero que se otorga como parte de la International Solid Waste Association (ISWA).

En cuanto al tiradero o zona de transferencia, se destacó que ahí va a parar la basura levantada por el servicio concesionado que opera más de un centenar de rutas que cubren toda la capital -excepto zonas rurales y no delegacionales-, así como aquella que es llevada por recolectores particulares, todos ellos autorizados.

El padrón más reciente menciona que son 550 particulares recolectores de basura, incluyendo algunas empresas privadas que prestan servicio a comercios e industrias.

También se mencionó que en los últimos tres años se ha trabajado de cerca con las personas dedicadas a la recolección y separación en la zona de transferencia de Peñasco, con lo que se han ordenado sus actividades; hoy cada persona y vehículo de recolección que ingresa cuenta con un registro, lo que ha dado mayor agilidad y seguridad.