Los cambios realizados por la Arquidiócesis de México en torno a los requisitos para poder recibir los Sacramentos de la Primera Comunión y la Confirmación, como definir el mínimo de edad y un lapso de preparación, son sólo aplicables para la diócesis de aquel lugar pues cada obispo puede determinar de manera independiente cómo se llevan a cabo las cosas.

Señaló el vocero de la Arquidiócesis de San Luis Potosí, Juan Jesús Priego Rivera, quien expresó que en nuestro estado la diócesis no tiene previsto, hasta el momento, realizar cambios en los requisitos que debe cumplir una persona para poder recibir alguno de los Sacramentos y destacó que en cada entidad varía de acuerdo a las circunstancias en las que viva.

“Eso sólo es en la Ciudad de México, cada obispo es independiente en su diócesis, cada obispo es el que determina de qué manera se van a llevar a cabo las cosas; en el caso de San Luis Potosí no tenemos nada previsto por la condiciones, cada lugar tienen sus propias circunstancias particulares”, comentó.

Recientemente el Cardenal Carlos Aguiar Retes, titular de la Arquidiócesis de México dio a conocer que el mínimo de edad para realizar la Primera Comunión será a los nueve años y para la Confirmación será los 12 años; en cuanto al tiempo de preparación, de ahora en adelante será de dos años y tres años, respectivamente.

Priego Rivera manifestó que la Iglesia Católica de San Luis Potosí ha visto que un año intensivo es suficiente tiempo para que los niños y jóvenes puedas recibir estos Sacramentos, y expresó que tal vez una formación larga pudiera resultar contraproducente, porque podría provocar que se pierda el interés porque son muchos años.

“Hay un derecho universal y si tú sigues ese derecho pues tú están perfectamente en regla con la iglesia, y respecto a eso la iglesia el derecho canónico no marca ni estipula, esas son cuestiones de tipo pastoral y que son respetables pero que no rigen o valen para todas las diócesis”, añadió.

Finalmente, consideró que la intensión del Cardenal Aguiar con estos cambios es poner más en contacto a los niños y jóvenes con los valores evangélicos y humanos.