Una "Misa de Espigas" que se celebró de forma solemne y jubilosa en la Iglesia de María Auxiliadora, fue la que presidió el Pbro. Cesáreo Paulín Hernández, y en la que los fieles dieron gracias a Dios por el trabajo y los frutos cosechados, metas y logros alcanzados durante el año.
Esta celebración Eucarística se realiza anualmente, por lo que ya es toda una tradición darle gracias a Dios por la vida misma, por el trabajo que nos concede realizar y los frutos cosechados por el arduo trabajo de cada día.
El Padre Cesáreo Paulín, indicó que ya desde antes de Cristo, el Pueblo de Israel, hacía los campamentos comunitarios y daban gracias todos juntos por las espigas, que son las cosechas, los frutos recibidos, que son bendiciones que nos concede Nuestro Padre Dios rico en misericordia, que no nos deja sin las frutas, verduras, hortalizas, plantas medicinales y todo aquello que nos alimenta.
"Todos los días debemos dar gracias a Dios por todas estas bendiciones, sin embargo, está celebración anual tiene sentido muy profundo para darle gracias a Dios por los frutos logrados de nuestro trabajo", dijo el Padre Paulín en su homilía.
Previo a la Misa solemne se celebró una peregrinación con el Santísimo por las calles aledañas al Templo de María Auxiliadora. También hubo una Misa de preparación y Acto Penitencial, antes de la Misa solemne, donde los fieles se confesaron con un corazón convertido y humilde. Participó todo el equipo de la Adoración Nocturna, con su Director Espiritual, Pbro. Gabino Medina Portales, quien también estuvo presente, junto con el Pbro. Carlos Jorge García Noyola y el Pbro. Domingo Tenorio, quienes se unieron a esta "Misa de Espigas" que fue muy emotiva, jubilosa y solemne.
Cabe señalar que no sólo los campesinos dan gracias a Dios en esta Misa de Espigas, sino todos los trabajadores de todos los giros y áreas, de diversas empresas y empresarios independientes.
Al término de la Misa de Espigas hubo una grata y amena convivencia entre Sacerdotes y fieles.
Cabe hacer énfasis, que los fieles con gran entusiasmo adornaron el Altar, las bancas, el Presbiterio y la fachada de la Iglesia con palmas y matas de elotes.
Pusieron una amplia variedad de semillas, frutas, hortalizas y verduras.