Un festín culinario espera a los ciudadanos después de votar en Soledad

Como un depredador esperando a su presa, los comerciantes ambulantes se instalaron estratégicamente en las calles principales donde se encuentran las casillas electorales

Alejandra Ruiz / El Sol de San Luis

  · domingo 2 de junio de 2024

Juana María Olivo / El Sol de San Luis

Soledad de Graciano Sánchez, se despertó con un aire de expectación y hambre. Las calles estaban llenas de habitantes ansiosos por ejercer su derecho al voto y, al mismo tiempo, saborear los manjares tradicionales que solo se encuentran los domingos en las calles de esta cabecera municipal.

Tamales, atoles y más: El atractivo de los comercios ambulantes

Los comerciantes ambulantes, como hormigas laboriosas, se instalaron estratégicamente en las principales calles, en donde se encontraban en serie las casillas electorales.

La elección de este domingo no solo fue política; también fue gastronómica. Los aromas tentadores de tamales recién hechos, atoles calientes y tortillas recién salidas del comal se saboreaban en el aroma de la mañana y tarde, los estómagos de los votantes gruñían en anticipación.

Juana María Olivo / El Sol de San Luis

La calle Ignacio Aldama, con sus puestos de tacos y enchiladas, era un hervidero de actividad. Los lugareños se agolpaban, algunos aún con la tinta de la boleta electoral en los dedos, para satisfacer su apetito.

Los Tacos El Gober, famosos por su sabor inigualable, eran el epicentro de la vorágine culinaria. La cocina de antojitos Don Fer, nombrada así en honor al maestro de las garnachas, no se quedó atrás.

Además nadie pudo resistirse a las Enchiladas “El Comal”, cuyo nombre evocaba la esencia misma de la comida casera.

El hambre como combustible electoral

La tensión de la jornada electoral se disipaba en cada bocado. Las conversaciones giraban entre la expectativa de asistencia al voto y las recomendaciones culinarias. "¿Votaste por el candidato A o B?" preguntaba alguien, mientras mordisqueaba una enchilada. "¡Ni idea!", respondía otro entre risas, con el bocado en la mano.

El hambre, lejos de ser un obstáculo, se convirtió en el motor que impulsaba a los ciudadanos a las urnas y a los puestos de comida por igual.

Juana María Olivo / El Sol de San Luis

En Soledad de Graciano Sánchez, la comida no solo es una necesidad fisiológica; es un lazo que une a la comunidad y este 2 de junio no fue la excepción.

Este domingo de votaciones también las recetas formaron parte del tejido social.

Así que, mientras los votantes celebraban su participación cívica, también celebraban toda aquella oportunidad culinaria. Los sabores de Soledad de Graciano Sánchez son un recordatorio de que la tradición y la democracia pueden coexistir en armonía.

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