El Área de Participación Ciudadana del municipio de Soledad de Graciano Sánchez ha lanzado una campaña innovadora para apoyar a quienes enfrentan la difícil batalla contra el cáncer. ¿El arma secreta? Taparroscas de plástico.
La respuesta es simple: cada tapa cuenta. Estos pequeños discos de plástico, que normalmente terminan en la basura, ahora se convierten en símbolos de esperanza. La comunidad soledense ha abrazado esta causa, donando taparroscas de refrescos y garrafones, y el resultado ha sido asombroso.
La meta de mil kilos de taparroscas se ha convertido en un desafío compartido. Cada tapa recolectada representa un paso más cerca de ayudar a quienes luchan contra el cáncer. Pero, ¿cómo exactamente estas tapas pueden marcar la diferencia?
Las autoridades municipales explicaron que debido a que el tratamiento de quimioterapias son costosas, y muchas familias no pueden afrontar los gastos, las taparroscas recolectadas se venden a empresas recicladoras, y los fondos obtenidos se destinan directamente a cubrir los costos de tratamientos médicos. Así, cada tapa se convierte en un pequeño tesoro que alivia la carga financiera de los pacientes.
“Además al recolectar taparroscas, también estamos cuidando nuestro planeta. El plástico es un problema global, y reciclarlo es una forma de contribuir al bienestar del medio ambiente. Así que, además de ayudar a las personas, estamos protegiendo nuestro entorno”, señalaron integrantes de Participación Ciudadana.
Las taparroscas se han convertido en símbolos de solidaridad. Cada vez que alguien deposita una tapa en los contenedores de recolección, está diciendo: “No estás solo en esta lucha”. Es un gesto pequeño pero poderoso que une a la comunidad en un propósito común.
La Coordinación de Participación Ciudadana indicó que hasta el momento se ha registrado gran participación de los ciudadanos.