Soledad de Graciano Sánchez.- Los hermanos Raúl, Ángel y Noé, enfrentan el regreso a clases a distancia sin televisión, tampoco servicio de internet e incluso ni teléfono; la familia se dedica a la crianza de animales de granja, y este fin de semana sacrificaron un cerdo para hacer “carnitas”, venderlas y con las ganancias comprar, al menos, un teléfono celular para seguir sus estudios en línea.
Vecinos de la comunidad Rancho Nuevo, Raúl y Ángel, el día de hoy inician Tercero y Primer año de preparatoria respectivamente, en el CBTa número 319 ubicado en la comunidad Palma de la Cruz, y mientras que Noé, iniciará Sexto grado de Primaria.
La familia se dedica a la crianza y venta de chivos principalmente, aunque también cerdos, pero en menor cantidad, y los recursos que obtienen se generan únicamente de los animales, no hay ingresos extras.
La vivienda de los hermanos está ubicada sobre Anillo Periférico Norte, kilometro 23 + 400 metros, una zona urbanizada que tiene acceso a todos los servicios básicos, sin embargo sólo cuentan con luz eléctrica y agua potable.
La vivienda es humilde, cocinan en estufa de leña, los ingresos de la familia son escasos y a veces nulos como para contratar internet o comprar una televisión, pues la única que tenían, hace tiempo delincuentes ingresaron a su hogar a robar y el aparato fue parte del botín, desde entonces, no han podido adquirir otra.
“A mis hijos más grandes les gusta estudiar, no batallo por eso, tienen ilusiones en el estudio, pero no tenemos los medios para que estudien en casa”, lamentó la mamá de los hermanos, María Silvia Martinez Cruz.
Raúl quiere estudiar una carrera profesional, le gustaría Zootecnia, mientras que a Ángel, le gustaría ser Médico, compartió gustosa la mamá, quien mostró el lugar donde sus hijos prepararon las carnitas de cerdo para venderlas.
Y es que, no tener equipos tecnológicos en casa no era un problema, hasta que llegó la pandemia a mediados del mes de marzo cuando se suspendieron las clases, y desde entonces todo fue a distancia, y no había manera de comunicarse con compañeros de clases ni profesores.
“Tuve que buscar a los maestros para que me dieran tareas para los niños, por ejemplo la maestra de mi hijo Noé vive en Puerta Real, hasta allá fuí a buscarla... me dio un cuadernillo, libreta y lápiz, y aquí estuve con él para que terminara el ciclo escolar pasado”, indicó.
Mientras que Ángel, se iba a casa de una compañera en El Zapote para estudiar y hacer tareas en su casa ya que ella sí tiene acceso a Internet.
María Silvia, añadió que en este momento ya se comunicó con los maestros de sus hijos para informarles las condiciones en las que están, “les dije no tengo teléfono, no tengo televisión, a mi denme copias para ir a un internet’ y a veces ni para eso tenemos, pero es más fácil para mis hijos”, dijo.
Es difícil sin la tecnología, admitió la mamá, pero su esperanza no se ve limitada por este factor, pues sabe que tiene tres hijos que estudian y a pesar de las carencias no es opción abandonar la escuela.
El papá de los hermanos no puede trabajar por cuestiones de salud, incluso él permitió que este matutino conociera su hogar y sus hijos, así como las ilusiones que los orillaron a vender “carnitas” para continuar con su preparación académica.
Al momento de la entrevista fue visible la preocupación de estos padres de familia, porque todos ayudan en casa con los animales, y quieren lo mejor para sus hijos; Noé el más pequeño salió de su casa con más de 50 chivos a que pastorearan; mientras que sus dos hermanos, seguían con la faena de la venta de “carnitas”. Los tres confían que aún sin internet ni televisión pueden afrontar sus estudios.