Con un acto protocolario que incluyó Honores a la Bandera, autoridades educativas de la preparatoria Tomás Miranda Leura, en la colonia Fracción Rivera, hicieron oficial la adopción de una perra callejera que desde hoy se llama, "Miranda"
La educación en dicha preparatoria lleva la misma más allá de cuatro paredes, haciendo trabajos interrelacionados entre materias escolares y trabajos sociales, en los cuales estudiantes puedan poner en práctica los conocimientos adquiridos en el aula y transformarlos en un bien común.
Así, tras iniciar lo que llaman, “semana de énfasis” del proyecto "Dejando Huella", hicieron una ceremonia para hacer oficial la adopción de la perra mencionada, quien forma parte del proyecto que inició desde hace casi un semestre, y que se trata del maltrato animal.
“Dejando huella”, comprende un conjunto de intervenciones educativas, institucionales, y la participación de la comunidad estudiantil, cuya finalidad es fortalece el valor del respeto, cuidado e integridad de los perritos en situación vulnerable y con un punto de partida de los perros en la sociedad, no solo para pasear con ellos.
Y así, se han realizado diferentes actividades en pro del maltrato animal, como llevar platicas a otros planteles, y entre la misma preparatoria sensibilizar a todos los que trabajan en la misma.
La adopción de “Miranda”
Cierto día, se formó una cuadrilla de rescate para ir por ella, conformada por el profesor Amaury, las maestras Yesenia y Fabiola. Al llegar, la perrita se encontraba acostada en la banqueta de la calle.
Para esa hora del día el sol quemaba a plomo, y ahí estaba ella tirada, sus huesos se notaban con facilidad, seguro porque llevaba semanas sin comer casi nada, su cuerpo se notaba golpeado, como si alguien se los hubiera hecho recientemente, su lengua salía del hocico, suplicando por un poco de agua, su mirada era triste y de desesperanza, sus ojos cristalinos, quizá, formándose una lagrima para completar su triste estado.
Las personas pasaban junto a ella, sin embargo la ignoraban como si no existiera. Durante los días siguientes la maestra Yesenia llevó a la perrita con el veterinario, le hicieron su valoración sobre su estado de salud y se le aplicaron las vacunas correspondientes.
También se le bañó y conforme fueron pasando los días y su estado de salud mejoraba, se les fue presentando a los alumnos de la institución.
Ahora la perrita juega dentro de las instalaciones de la preparatoria, todo ese espacio es suyo y en ocasiones su interés por aprender la hace meterse en los salones para ver de qué se trata la clase.
Los alumnos la cuidan y respetan, saben que es un ser vivo y más allá de eso, saben que ahora es parte de su familia institucional y no solo una mascota.
La adopción de Miranda se dio hace tres meses, bajo el proyecto de “Dejando Huella”, va más alla de solo tener una mascota, se trata de poner en práctica los valores del respeto a la vida propia y animal, el trabajo en equipo para los cuidados y alimentación de Miranda, el valor de la cooperación, comprensión y amor por los seres vivos.
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