Desde hace unos 20 años se dedica a la pepena de materiales reciclables, un negocio que inicia recolectando los desechos de vecinos de la colonia La Lomita y que continua en un tiradero privado ubicado en la comunidad Rancho Nuevo, a donde llega toda la basura de los soledenses.
Se trata de Eusebio Ibarra Nieto, y quien de acuerdo a su experiencia y labor que realiza cada día, estima que hay unas 400 personas aproximadamente ejerciendo esta labor que generalmente inician recolectando la basura en las diferentes colonias del municipio y para allegarse de más material reciclado, acuden también al tiradero mencionado.
Es un trabajo arduo, dijo, que se hace a la intemperie. En cada jornada, ellos escarban entre la basura, poniendo en riesgo su salud y la de sus familias para recuperar materiales reciclables que les permitan ganar el sustento.
Vecino de la colonia El Morro, don Eusebio fue entrevistado frente a su domicilio, acomodando lo que ha recolectado de días anteriores, y estaba separando los envases de plástico y el cartón.
Como si se tratase de un ritual, esto lo realiza todos los días hasta llenar costales de 30 kilos de PET, y por cada kilo obtiene entre 4 y 5 pesos en las ‘chatarreras’, por lo que tiene que juntar varios de estos costales al mes para obtener una cantidad de dinero que le permita solventar las necesidades de la familia.
“Un costal como estos me lleva unos 15 días, me voy al tiradero y allá pepeno lo que se pueda….y uno de mis muchachos también se dedica a la mismo, no nos dedicamos a otra cosa, puede ser plástico, cartón, aluminio, el hierro ya casi ya no sale”, expresó.
Añadió que quien se dedica a la pepena de la misma, lo hace por la necesidad de un trabajo, y haciéndolo bien, es un gran negocio separar y reciclar la basura, por lo que decidieron meter sus manos entre los desperdicios, incluso, dijo que hay desperdicios de alimentos que también los vende a los criaderos de animales de granja.
Tiradero en Rancho Nuevo
El Sol de San Luis trató de obtener información del tiradero que se ubica en la comunidad Rancho Nuevo, el mismo que fue remediado en la administración municipal pasada por lineamientos que ordenó la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental (Segam), sin embargo, al ser una propiedad privada no se permitió el acceso ni obtener ningún tipo de información.
De acuerdo a lo observado los únicos que tienen acceso, además de quienes ahí trabajan, como vigilantes y personal administrativo, son los recolectores de basura, tanto del municipio, como del servicio particular, como don Eusebio, así como los pepenadores. Nada más.
Incluso, ni funcionarios municipales tienen injerencia en el lugar, a menos de que se trate sobre cuestiones de manejo de desechos y seguimiento a los trabajos de remediación, y nada más.
Sobre la basura que llega a ese tiradero, la directora de Servicios Municipales, Dolores Eliza García Román, informó que es el destino final de la basura que se recolecta a través de los 12 camiones o tolvas en 215 colonias de la demarcación, depositando 211 toneladas diarias y al mes serían 6 mil 330 toneladas en total.
Por su parte la directora de Ecología, Martha Zavala Tristán, informó que hace un par de semanas habían detectado basureros clandestinos en la colonia El Morro, pero se convirtieron en ‘basureros’ porque los mismos recolectores hacen su pepena en sitios cercanos a su domicilios y se les fue juntando hasta que fueron reportados al área a su cargo, y de acuerdo a una visita de este diario en los sitios en cuestión, ya quedaron limpios los predios.
Añadió que el único sitio para pepenar la basura es en el tiradero ya citado, y aunque no tienen control sobre estos trabajadores, destacó son un eslabón importante en la cadena de los residuos. Ellos, aparte de que no tienen un sueldo, se mantienen a sí mismos y son ecologistas naturales, ya que contribuyen al cuidado del medio ambiente al captar el material reciclable, indicó.
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