Soledad de Graciano Sánchez.- El señor Audón Buenaventura Martínez, tiene 80 años, y ni la pandemia del coronavirus lo ha interrumpido en su oficio de panadero, labor que ha desempeñado desde el año 1954.
Ha sido panadero toda su vida e inició en su natal municipio de Ciudad Valles, “la puerta grande de la Huasteca Potosina”, respondió orgulloso cuando se le preguntó de dónde era originario, al tiempo que amasaba con maestría las coberturas para las conchas sabor chocolate y fresa.
Hoy en día vive en tierras soledenses, es el panadero encargado de la panadería tradicional que su hija Elizabeth instaló en la colonia La Lomita a mediados del año pasado, “mi hija me necesitaba, y aquí estoy, es trabajo”, expresó.
Durante la entrevista para El Sol de San Luis, el señor Audón ya tenía tres horas haciendo pan, inicia a las 07:00 horas para que los vecinos de la zona encuentren pan del día, y concluye alrededor de las 4 de la tarde.
“Inicié a los 13 años y desde entonces no he dejado de hacer pan, de esto he vivido toda mi vida y lo hago con gusto”, precisó sobre el oficio de la preparación del alimento que se ingiere cada día en la dieta de millones de personas en el mundo.
Actualmente don Audón está pensionado, y pese a su edad, se mantiene en la práctica del oficio de toda su vida, y cada día elabora todo tipo de pan dulce o salado, en sus diferentes variedades.
“Esto es lo que me mantiene activo, afortunadamente no padezco de ninguna enfermedad, me cansó lo normal por el oficio diario, pero no es un cansancio que me impida hacer mi trabajo”, apuntó al ser cuestionado sobre cuánto tiempo más dedicará a la labor que ha desempeñado por 67 años.
Incluso, compartió que nunca asistió a la escuela, sus conocimientos de lectoescritura fueron empíricos, “yo solo aprendí a leer y escribir, se lo básico”, comentó, sin dejar un solo momento de seguir haciendo el pan.
Al momento de la entrevista estaba en el proceso de elaboración de la pasta de azúcar que funciona como cobertura para las conchas, con una mano tomaba harina blanca, y con la otra pequeños pedazos de pasta sabor chocolate, que colocaba sobre las bolas de masa que estaban en una charola, aplastando ambas masas un poco con la palma de su mano delicadamente, el paso final fue pasar un cortador para conchas, que les da esa clásica característica en forma de cuadros.
Así, don Audón es maestro en la elaboración de los panes artesanales más tradicionales; al entrar a la panadería de su hija Elizabeth, se percibe el sabor y aroma del pan, masa suave y esponjosa con sabor sutil a mantequilla.
La hora del pan, acompañado de leche bien fría, o un chocolate caliente, también café de olla o un buen té, son la compañía ideal para los panes que prepara cada día este panadero huasteco orgullo de su oficio, que llegó a Soledad para continuar con su legado. La panadería se llama “La Huastequita”, y se ubica en la calle Desviación Negrete, una de las más transitadas de la colonia La Lomita.