Soledad de Graciano Sánchez.- Ver nacer a un niño en el contexto de pandemia mundial por el Covid-19, mientras los fallecimientos y los nuevos casos de contagio en México se cuentan todos los días, es una esperanza más fuerte que la muerte, tal como lo fue la llegada de Socorrito.
Entre marzo y abril, la oficialía del Registro Civil número 7 en la colonia San Felipe, ha registrado a 31 niños y niñas; en marzo se contabilizaron 19 y abril 12, informó el juez titular,, José Concepción Gallardo Martinez.
El registro de los niños no ha podido esperar, es un trámite indispensable para que los padres reciban alguna prestación por maternidad o darlos de alta en alguna institución de seguridad social, indicó el funcionario.
Entre mascarillas, guantes de latex y emoción, Catalina Lara, vecina de la colonia Privada de los Pinos, le dio la bienvenida a este mundo confinado a su hija, quien nació a través de cesárea con un peso de 2 kilos, 900 gramos.
Fue difícil, expresó la mamá, porque con su primer hijo tuvo la asistencia en el parto de su marido, y en esta ocasión fue un derecho coartado por las estrictas medidas preventivas de la clínica particular donde nació.
Su nacimientos fue una fuente de alegría para la familia, aunque hasta el momento, solo los padres la han podido tocar y abrazar; el resto, como abuelos y tíos, la tenido que conocer a través de fotografías que se envia por WhatsApp, videollamadas y audios de voz del llanto de la pequeña.
Carolina es quien pasa todo el tiempo con la niña, mientras que su papá, Carlos Ortiz, prefiere colocarse cubrebocas cuando se acerca a ella, no la abraza, porque todos los días sale a trabajar y prefiere extremar precauciones.
En su mirada no puede ocultar su inquietud, “lo más difícil viene ahora, superar esta crisis”, expresó Catalina. La pareja es consciente de que habrán de extremar los cuidados para Socorrito como la llaman cariñosamente.
En cuanto a su nombre, precisamente fue pensado en referencia al tiempo pandémico en el que nació, y que hace referencia a un pedido de ayuda o de asistencia.
Catalina no sale de casa, su vida está enteramente dedicada al cuidado de sus dos hijos, “tengo un compromiso social y con mi familia, quiero que mis padres la conozcan, toda su familia, y por eso en esta familia hay restricción absoluta de visitas, tenemos mascarillas y gel antibacterial, todos estos cuidados nos hacen sentir seguros, aunque no salgamos a la calle”, compartió.
Socorrito nació en plena pandemia, cuando tengan uso de razón, seguro conocerá el delicado contexto en el que llegó a esta vida, hoy por hoy, los únicos abrazos y besos que recibe son de su madre, porque el futuro la espera.