Soledad de Graciano Sánchez.- El cierre repentino de los cementerios en el municipio, desilusionó a María de Jesús Bustamante Armendáriz, quien ya había invertido 3 mil pesos en una variedad de flores para vender el próximo 1 y 2 de noviembre.
Chena, godorniz, nube, polar, rosa, chaquira, clavel y cempasúchil, son las flores que la madre de familia compró pensando que no habría restricciones por la pandemia del coronavirus y se mantendría el semáforo epidemiológico en color amarillo.
Esperaba obtener algunas ganancias, por lo que el cierre del panteón la tomó por sorpresa, siendo ella una de las decenas de comerciantes de flores que se instalarían a las afueras del panteón municipal “Nuestra Señora del Refugio”, ubicado en la calle Magdaleno Cedillo.
El lunes pasado la señora María acudió al camposanto, esperando iniciar con una buena semana de ventas, pero ya no se le permitió instalarse, a ella ni a nadie, por lo que preocupada decidió ubicarse a las afueras de su domicilio en la calle.
Y ahí, sobre la calle Carlos Tovar número 103 A, la madre de familia fue entrevistada, “si Dios nos socorre, esperemos vender las flores, toda mi flor se me va echar a perder si no la vendo”, expresó, observándose al interior de su vivienda, una importante cantidad de flores que recientemente había comprado.
Afuera, sobre la calle instaló una banca, y sobre ésta colocó tres baldes con flores y algunos pequeños ramos, listos para ser vendidos y otro más de cempasúchil y ella, sobre la banqueta, dijo que esperaría a que alguien le comprara algunas.
“Compré 3 mil pesos de flor para estas fechas”, reiteró con un dejo de tristeza que no podía evitar de su rostro, al añadir que pensaba recuperar algo de la inversión antes de las restricciones, “el objetivo era vender ese día -Día de Muertos- yo estoy grande edad y pues lo necesito para salir adelante”, apuntó.
Incluso, dijo que el mismo lunes cuando personal del panteón no dejó que se instalarán los comerciantes de flores, acudió a la dirección de Comercio Municipal, esperanzada a que fuera un error o solo algunos días, pero así se le informó que sobre las medidas por el aumento de contagios de Covid-19.
“Me afecta mucho -la baja de ventas-, porque de aquí, uno hace mucha inversión y esta con la esperanza de juntar poquito más de dinero, no pagamos renta, pero soy yo, mis hijas, mis nietas, el alimento cada vez es más caro, además pagar los servicios como luz y agua”, lamentó.
Una de las hijas de la señora María, tomó carretilla y subió algunos baldes con flores, se instalaría a una cuadra del panteón, esperando ayudarla a venderlas antes de que se marchiten y pierdan su valor.
"Nos duele en el alma que estemos esperando clientes y no lleguen, nos duele en el bolsillo y en lo moral, estos días eran importantes para mi familia”, manifestó la señora María, indicando que la esperanza de todos los que se dedican al mismo negocio era la llegada de la época de muertos, ya que cada año es la temporada en la que más repuntan sus ventas, y solo espera que sus flores no terminen en la basura por la falta de compradores.
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