“Hay que vivir el hoy, ya mañana veremos, no sé si voy a amanecer, por lo pronto yo disfruto, porque lo bailado ya nadie me lo quita”, son las palabras de María Covarrubias Salazar, una mujer soledense de 74 años, para quien es importante no solo llenarse del amor de sus siete hijos y 15 nietos, sino también aceptar la voluntad de dios.
De sus hijos, dice que afortunadamente están al pendiente de ella y la apoyan en todo, aunque asegura que quiere más a los nietos, ya que no se anda tan a la carrera, además de que se tienen menos responsabilidades y mucho más tiempo para disfrutarlos.
“Se quieren más a los nietos, porque cuando uno tenía a sus hijos, por atender el viejo, a ellos mismos, uno anda uno a la carrera, ahorita con los nietos es más tranquilo, convivo más con ellos, los ando consintiendo y defendiendo de sus papás”.
De las actividades que realiza, dice que frecuentemente va a club de adultos mayores que tiene el Inapam en la colonia 21 de Marzo, donde tiene oportunidad de realizar no solo manualidades, sino de convivir con más personas, de alegrarse el día, por esa convivencia y hasta olvidarse de sus dolencias.
“Es bonito participar en las actividades de los clubs, mis hijos dicen, mi mamá es otra, en la casa me ven triste amargada, pero con sus compañeras es otra, en el grupo a veces aunque andemos enfermas, yo les digo hay que estar conformes con la voluntad de Dios, pedirle que nos de fuerza, para soportar hasta donde él quiera, pero no falta quien salga con alguna burrada y ahí estamos, es nuestra manera de pasarla, con actividades, tejiendo, bordando”.
Aunque reconoce que si bien es bonito el grupo, desgraciadamente con la pandemia, muchas de las compañeras y compañeros fallecieron, sin embargo, es necesario dar gracias a dios por amanecer un día más y poder seguir generando bonitos recuerdos con la familia.