"En tres ocasiones me han asaltado, la última vez me corretearon machete en mano", refiere un repartidor de una empresa gasera al narrar su testimonio sobre el grado de inseguridad que se vive en la colonia Praderas del Maurel en Soledad de Graciano Sánchez.
"Se ha convertido en tierra sin gobierno, sin Ley", advierte el trabajador quien señala que ya no acuden a surtir pedidos en esa zona.
"No, ya no vamos, no hay forma de ir, son callejones de riesgo".
Repartidores de empresas como Global Gas, Potogas, Sonic Gas entre otros constantemente son víctimas de la delincuencia; "ni la policía entra, saben que ahí están los malvivientes pero no hacen nada, en las colonias de los alrededores tenemos que andar muy atentos para que no nos agarren descuidados".
El fraccionamiento Praderas del Maurel se localiza en una de las zonas más populosas del municipio conurbado de Soledad de Graciano Sánchez, colinda con colonias como El Polvorín de gran tradición, Azaleas, San Antonio y de la Unidad Habitacional Fidel Velázquez. Sin embargo se ha convertido en una zona de gran peligro por su diseño urbano.
Son minicasas de 66 metros cuadros que no cumplen con la normativa y además asentadas en una zona llena de turbios pasajes que se conectan unos con otros teniendo salida por las avenida de Los Pinos, Valetín Amador, Adolfo López Mateos y avenida Jesús Yuren.
Laberintos de delincuencia e impunidad.
"Los días sábado es peor, porque se convierte en una ratonera porque el tradicional tianguis de la avenida Yurén nos deja sin poder maniobrar", señala el repartidor, quien solicitó anonimato para evitar represalias tanto de su empresa como de la delincuencia.
"Nos tiene fijado un criterio de efectivo al mínimo pero si por alguna razón cargamos con más y nos asaltan, nos cobran el dinero por eso ya no vamos a surtir a esa colonia".