Enclavada en el corazón del municipio de Soledad de Graciano Sánchez, la ex hacienda de La Tinaja se erige como un testimonio viviente del esplendor de una época pasada y un faro de la riqueza cultural de la región.
Amado Juan Sánchez Cabrera, Presidente del Consejo de la Crónica de los Municipios de San Luis Potosí y Cronista Municipal de Soledad, señaló en entrevista que su origen data del último cuarto del siglo XIX, coincidiendo con los albores del porfiriato, y su apogeo se extendió a lo largo de las primeras décadas del siglo XX.
Sánchez Cabrera remarcó que la propiedad, originalmente perteneciente a José María Facha, pasó a manos de la familia Hernández Alonso para el año 1900. Su nombre, La Tinaja, deriva de los grandes recipientes destinados a almacenar el mezcal producido en el molino, actividad económica principal de la hacienda.
Arquitectura y Distribución
El conjunto arquitectónico de La Tinaja se distribuye en dos manzanas. La del lado oriente, situada al norte de la plaza principal de la comunidad y delimitada por el cerro homónimo, alberga la casa grande, trojes y bodegas. En la manzana del lado oeste, al norte del templo, se encuentran los vestigios de lo que fue la fábrica de mezcal, operativa desde 1917.
“La casa grande presenta una fachada hacia el sur, dividida entre dos propietarios. Desde la izquierda, la construcción inicia con un contrafuerte circular, seguido por una secuencia de vanos que incluyen portones, puertas y ventanas, todas enmarcadas en cantera y rematadas con arcos escarzanos”, dijo el cronista.
Las ventanas de disposición vertical son de madera con protecciones de hierro forjado.
La vivienda del lado izquierdo se organiza alrededor de un patio central, mientras que la del lado derecho cuenta con un zaguán que lleva a un patio central rodeado de espacios distribuidos hacia la orilla. Los pórticos con arcos de medio punto, apoyados en esbeltos pilares de cantera, son una característica distintiva de la época del porfiriato.
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Conservación y Autenticidad
Sánchez Cabrera detalló que la parte oriente de la casa grande, la mejor conservada, pertenece a la señora Ma. del Carmen Hernández y su esposo, el arquitecto José Herrera Marcos. Ambos han dedicado esfuerzos significativos a preservar la arquitectura original del edificio, complementándola con accesorios mexicanos, lo que ha hecho de esta sección una de las más representativas de la región.
Cada espacio mantiene su mobiliario original, y los elementos arquitectónicos, como los arcos ojivales enmarcados en cantera y los cristales originales, brindan una ventana al pasado y una cálida bienvenida a los visitantes.
Leyendas y Misterios
La ex hacienda de La Tinaja también es rica en leyendas que alimentan la imaginación de sus visitantes. Una de las más conocidas relata la historia de unos visitantes que decidieron acampar en el cerro cercano una noche. “A la medianoche, fueron sorprendidos por un grupo de lechuzas que, según se cuenta, les causaron numerosos rasguños y una gran sorpresa”.
La ex hacienda de La Tinaja, con su historia, arquitectura y leyendas, se erige no solo como un monumento histórico, sino como un guardián de las tradiciones y misterios que dan vida al municipio de Soledad de Graciano Sánchez.