Enchiladas Potosinas, 99 años de tradición culinaria

Hoy en día la encargada de difundir este platillo es Victoria Coreño Castro, esposa del nieto y único descendiente directo de doña Cristina

Paula Montero

  · jueves 6 de septiembre de 2018

A inicios del siglo XX una mujer de espíritu emprendedor, doña Cristina Jalomo viuda de Medellín llevaba el sustento a su hogar vendiendo tortillas en la Plaza Principal, y tras un episodio accidental de su nixtamal con pasta para moles crea las Enchiladas Potosinas, convirtiendo el platillo desde hace 99 años, uno de los más distintivos del estado de San Luis Potosí.

Hoy en día la encargada de difundir este platillo es Victoria Coreño Castro, esposa del nieto y único descendiente directo de doña Cristina, Eleazar Núñez Medellín, quien compartió la historia del platillo que trascendidó fronteras y ha adquirido fama internacional.

En el año de 1919 la señora Cristina Jalomo de Medellín, era una mujer responsable y emprendedora al verse en la necesidad de sacar adelante a sus hijos: Trinidad, Victoria, Jesús y Josefa, por lo que vendía tortilla hechas a mano en la plaza principal.

Un día como de costumbre acudió a un molino de nixtamal cercano a su domicilio, en aquellos años, el molino era de gasolina y funcionaba jalando una banda y no paraba entre cada molida de nixtamal, y con anterioridad alguien había hecho lo propio pero con pasta para mole y al entregarle su masa observó que se pintó de color rojizo, regresando a casa enojada por el resultado.

Sus clientes le preguntaron en ese momento que por qué estaban pintada sus tortillas de color rojo, sin embargo este resultado no detuvo a Doña Cristina para utilizar la masa como usualmente lo hacía, y es en este momento en donde inicia parte de la receta de las Enchiladas Potosinas.

Doña Cristina se las ingenió para complementar el sabor de la tortilla pigmentada, aunque primeramente el consumo se hacía solo en la familia, posteriormente inventó un guiso que sería relleno de las tortillas y se dio cuenta que tenía buen sabor.

En 1923 impulsada por las opiniones positivas de su familia opta por comenzar a venderlas dirigiéndose en el mismo lugar donde vendía sus tortillas, pero ahora con un brasero y un quinqué donde las personas acudían a comprarle su platillo que no era más que una tortilla rojiza guisada en forma de quesadilla con un toque picoso, acompañadas únicamente con un poco de cebolla picada por encima y servidas sobre papel destraza.

Posteriormente la receta especial fue transmitida a dos de sus tres hijos, Josefina y Victoria Medellín Jalomo, quienes dieron continuidad a la preparación de este platillo siendo Josefina quien designa como “Enchiladas Potosinas” a la creación de su madre aproximadamente en el año 1965.

También la presentación de las enchiladas ha cambiado, y ya no solamente con cebolla picada, añadiéndole otros ingredientes como es la crema, el aguacate, los frijoles, cueritos y queso, dando como resultado un exquisito platillo.

El chef Joel Bustamante Coronado | Foto: Patricia Azuara

Al día de hoy la señora Vicenta Coreño Castro, junto a sus hijas mantiene la tradición que inició doña Cristina y continuó Victoria, elaborando las enchiladas potosinas al estilo de madre e hija, y que con los años se ha consolidado en el gusto de los clientes, y cuyo sabor ha perdurado.

Vicenta actualmente es propietaria del negocio Fonda Doña Visa y/o Enchiladas Soledenses, interesándose en el rescate histórico familiar del platillo, al estar casada con el único hijo que sobrevive de Victoria Medellín, y con miras a que esa misma tradición perdure a través de sus hijas y así, continúe la tradición de prepararlas de generación en generación.

Cabe hacer mención que así como doña Cristina superó la adversidad siendo emprendedora y vendiendo tortillas, de igual manera Vicenta Coreño, al fallecer su suegra la señora Victoria en 1985 se ve en la necesidad de mudarse de la casa familiar, ubicada en la calle Hidalgo, a otro domicilio.

Foto: Archivo

Con 24 años de edad y tres hijas en ese momento qué mantener junto a su esposo Eleazar, emprendieron su negocio teniendo por delante la herencia culinaria de la familia Jalomo Medellín.

Añadió que donde está la Unidad Administrativa Municipal (UAM) era el Centro de Salud del municipio, y la calle Matamoros donde a la fecha se ubica su pequeño restaurante era de terracería y prácticamente nadie pasaba por la zona, “pero empezamos desde abajo, y tuve fe, mucha fe y con mi esposo, salimos adelante”, dijo.

Actualmente sigue el consejo de su suegra la señora Victoria, cocina como si ella se lo fuera a comer y atiende a las personas que llegan a su negocio, como le gustaría que a ella la atendieran, “todo lo he hecho con amor”, expresó agradecida.

De esta manera la familia Muñiz Coreño da empleos a nueve personas, a parte de sus hijas, que trabajan con ella en el negocio de la familia, desde hace 30 años aproximadamente