El olor a manzanilla invade al exterior de la parroquia de La Soledad, donde se puede ver a una decena de comerciantes, que acudieron a vender los productos tradicionales del Domingo de Ramos al Jardín Hidalgo, que son palmas tejidas de diversas formas, algunas tradicionales, en forma de trenza, otros en forma de cruces, en círculos con alguna imagen religiosa, que son compradas por los feligreses, para bendecirlas.
Y es que en Soledad de Graciano Sánchez, son precisamente las tradiciones de Semana Santa, como los altares de Dolores y el Domingo de Ramos, las que más se conservan y se transmiten de generación en generación, como lo reconoció Amado Juan Sánchez Cabrera, Cronista de la Ciudad.
Una de estas tradiciones es tejer las palmas, como las que realiza Alejandra Noemí De la Cruz, una joven que prácticamente toda su vida se ha dedicado a esto, pues aprendió el oficio de su madre, que a su vez lo aprendió de su abuela y ahora ella se lo enseñará a su hermana.
“Es una tradición que viene de familia, mi abuela enseñó a mi mamá y yo enseñaré a mi hermana nos va bien, manejamos la palma tejida, simboliza la abundancia junto con el laurel y la manzanilla, igual está el trigo, para que que nunca falte el pan en la casa” dijo la joven.
Que en cuanto a las ventas, dijo que este año serán mayores a lo que se tuvo los dos años anteriores, debido a que por pandemia, aún no se reactivaban las actividades, por lo que las ventas de este año, significarán un respiro para la economía.
En la zona, se instalaron otros comerciantes, algunos de ellos incluso de otros lugares del país, como es el caso de Guadalupe a Hernández, quien llegó desde Puebla a ofrecer sus productos, que al ser cuestionado sobre si convenía venir hasta Soledad, dijo que apenas salen para los gastos “pero pues hay que comer”.