A un año y seis meses de la agresión sexual de Berenice, se recupera de las heridas del cuerpo y del alma que su agresor le dejó; mientras que Elías N, su victimario, ha sido condenado a 18 años de prisión en el Centro Estatal de Reinserción Social de La Pila, y está pendiente la reparación económica del daño; no es la mejor sentencia, aunque el verdadero reto es que Berenice recupere su vida, expresó el presidente de la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas (CEEAV), Jorge Vega Arroyo.
Eran alrededor de las 06:00 horas del 29 de agosto de 2017, cuando Berenice estaba esperando el transporte de personal que la llevaría a su trabajo en la Zona Industrial; se encontraba en la esquina de avenida San Pedro y Carlos V, en este municipio.
Al lugar arribó un camión de transporte de personal color blanco, del cual descendió el chofer, era Elías, su victimario, quien con violencia la obligó a abordar la unidad, paradójicamente, la unidad que esperaba Berenice venía detrás, ella no pudo hacer nada porque fue amagada con un arma blanca.
Tras dirigirse a las calles despobladas de la colonia El Morro, el sujeto además de abusar de ella, le efectuó múltiples lesiones en su cuerpo y posteriormente la abandonó, pensando que la había asesinado.
No fue así, con pocas fuerzas, en estado de shock, Berenice bajó de ese transporte, no sabía en dónde estaba, pero empezó a caminar determinada a ser auxiliada, y con voz apenas audible, pidió ayuda.
En esta parte de la historia, el responsable de la CEAV, aclaró que en efecto Berenice caminó en busca de auxilio, pero fue una familia quien al verla, hizo lo propio, cubrieron su cuerpo con una sábana y la condujeron hasta el Centro de Desarrollo Comunitario Las Huertas, en donde solicitaron apoyo médico y policial.
Del mismo modo, dijo que Elías y Berenice no se conocían, y éste tampoco trabajaba en la empresa BMW como se difundió; mientras que, cuando Berenice fue obligada a subir a la unidad, había personas que al igual que ella esperaban el transporte y se percataron de los hechos, pero nadie hizo nada.
De acuerdo a testimoniales recogidos por El Sol de San Luis para quienes viven en las calles Fausto Nieto y Francisco I. Madero, en donde se ubica el centro Las Huertas, este suceso es imposible de olvidar.
Y es que, una parte de la segunda calle en mención no está pavimentada y de ser una calle, se convierte en prácticamente una brecha, no hay casas alrededor, y tampoco alumbrado público, y es recordada como, “por donde atacaron a Berenice”.
La víctima en ese entonces de 25 años de edad, sufrió una violación sexual que cambió su vida y la de su familia, sumada a las secuelas físicas y psicológicas propias de este tipo de actos, hizo que la víctima sufriera por partida doble, ya que se difundieron fotografías de las heridas que le dejó su agresor, con calificativos despectivos que hoy en día trata de superar.
“Ella se molesta mucho con un adjetivo que hace referencia a sus heridas, sí fue víctima, pero no quiere ser estigmatizada, tampoco que la etiqueten con sobrenombres”, indicó el comisionado de la CEAV.
Una vez que fue tratada de sus heridas físicas, siguió el tratamiento psicológico adecuado y muy importante para su recuperación y que, incluyó a la familia de la víctima para ayudar en el proceso.
Por ello, personal de la Coordinación del Centro de Justicia para Mujeres se constituyó a través de las diferentes áreas con las que cuenta el centro, tanto en el hospital, como el trabajo posterior que fue de comunicación permanente y en el área de psicología, en donde inició y concluyó un proceso terapéutico, informó la responsable del centro, Julieta Méndez Salas.
De octubre de 2017 a mayo de 2018 Berenice estuvo en terapia psicológica, en la que se incluyó a sus dos hijas en un primer momento, sin embargo la atención prioritaria fue con ella.
Lo terminó, el objetivo de la terapia fue restablecer su posibilidad y capacidad de una reintegración a la sociedad, para no generar o evitar que se presentaran ciertos trastornos que son comunes cuando se es víctima de delitos violentos, evitar la aparecieron de estrés postraumático, depresivos o ansiosos para que pudiera sentirse segura, “esperemos que se haya logra del propósito”, señaló la psicóloga que la atendió, Paulette Lemoine Galar.
En cuanto al tema de la sentencia, el presidente de la CEEAV, dijo que hay una más por pago de reparación de daño, y por discreción no quiso mencionar la cantidad monetaria que, aseguró, le corresponde a la comisión a su cargo llevar a cabo ese proceso.
Cuestionado si se realizó en tiempo y forma el proceso penal con número de expediente 561/2017, dijo que así fue, y aunque en algún momento el proceso se suspendió a petición de Berenice, “la sanción que recibió fue la mínima, pudieran ser más -años-, pero como parte del Sistema Penal Acusatorio y tras aceptar los hechos, se declaró culpable y eso le ayudó -al agresor- a disminuir la pena en términos generales”, declaró.
Actualmente Berenice continua con su tratamiento terapéutico en las instalaciones de la CEAV, por lo que el titular de la misma, dijo que su estado es emocionalmente en vías de recuperación, “será poco a poco, consideramos que institucionalmente podemos sacarla adelante, no descuidarla, le tenemos que dar todo el apoyo suficiente”, precisó.
Y precisamente como parte de este proceso de sanación, Berenice acudió personalmente con la familia que le brindó su apoyo, aquella que la cubrió con una sábana y le brindó socorro; también, con el personal médico que sanó sus heridas.
Vega Arroyo, también informó que la empresa para la cual ella aún trabaja le pagó sus salarios caídos, y continua incapacitada por situación psicológica, “normalmente la incapacidad se refiere a cuestiones físicas y nos otorgaron este tipo de discapacidad, lo que es un logro para ella y para la CEAV”, y se espera que a mediados de este año vuelva a su rutina laboral.
Por último dijo que fue el final de un proceso penal, pero no tanto de éxito por la sentencia, más bien, el éxito será la recuperación e incorporación a la vida social de Berenice, madre de familia que, como muchas trabajan en la Zona Industrial, por lo que consideró que este caso debe ser un ejemplo para que las empresas contraten a personal de confianza, que exista transporte confiable, que no afecte la capacidad de las mujeres y de cualquiera para acceder a oportunidades laborales, algo que puede ser una gran diferencia para este sector poblacional en particular, a la hora de decidir trabajar en este parque de empresas.