La desesperación ha alcanzado su punto máximo en la colonia El Polvorín, municipio de Soledad de Graciano Sánchez, donde sus habitantes llevan un mes sin acceso al vital líquido. La falta de agua ha afectado gravemente las vidas de los residentes, impactando tanto su salud como su economía. “La poquita agua que juntamos tenemos que estirarla como si fuera una liga. A veces ni siquiera llega lo suficiente, así que mejor nos aguantamos”, relata una vecina de la zona, quien camina con bastón y depende de la ayuda de familiares para transportar agua en cubetas.
La falta de agua no solo ha aumentado la incertidumbre entre los residentes, sino que ha complicado las tareas más básicas, como la higiene y la preparación de alimentos. “Es un sufrimiento diario, más aún para quienes tenemos problemas de movilidad. Si no es por mi hija o mi nieta, no podría ni traer el agua cuando llega alguna pipa”, añadió otra habitante de la colonia.
Ante la crisis, las pipas privadas de agua han sido una de las pocas soluciones disponibles ante la omisión del organismo operador del agua, Interapas, pero no siempre ofrecen un servicio confiable o de calidad.
“Las pipas que son gratuitas se acaban rápido, y las que cobran a veces traen agua sucia, muy verde. ¿Cómo nos vamos a bañar o preparar la comida con esa agua? Es impensable”, denuncia una vecina, visiblemente frustrada.
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El impacto en la salud y el bienestar de la comunidad es evidente. En una zona donde viven muchas personas de la tercera edad, niños y enfermos, la ausencia de agua potable ha hecho que las medidas básicas de higiene, como lavarse las manos, se vuelvan un desafío diario. "Nos dijeron que compremos garrafones, y lo hacemos, pero no podemos bañarnos o lavar la ropa con agua de garrafón. Es imposible”, lamentó otra residente.
La situación ha llegado a tal punto que los habitantes han decidido manifestarse para exigir una solución inmediata. “Todos necesitamos el agua. Es un derecho. No podemos seguir viviendo así, sin poder hacer lo más básico para nuestras familias”, expresó uno de los organizadores de la protesta.
Los residentes de El Polvorín esperan que su llamado sea escuchado por las autoridades locales y que la situación no se siga prolongando, ya que la crisis del agua ha afectado todos los aspectos de su vida diaria.