Soledad de Graciano Sánchez.- Refacciones averiadas, llantas ponchadas y caídas de personas que circulan en bicicletas y motocicletas, ha sido el resultado de las malas condiciones en que se encuentra la esquina de las calles Ocampo y Arista, debido a un derrame de aguas negras.
Sobre esa esquina también se ubica uno los varios canales de aguas de riego que atraviesan el municipio y es de donde proviene la laguna que se ha formado a lo largo de ese punto y que se expande por varias vialidades.
Camiones que transportan mercancía como agua, gas, refrescos y hasta del transporte público, circulan por la calle Ocampo, la zona más afectada, y aunque era de pavimento de asfalto, prácticamente está llena de grandes baches, que se llenan de agua y no se ven a simple vista.
En los alrededores no hay casas habitaciones, y sí negocios, algunos de éstos un taller mecánico, una gasolinería, cocina económica y grandes extensiones de terreno que se benefician con dicha agua.
Sin embargo, de acuerdo a los trabajadores del taller citado, esta fuga de agua no es nuevo, ya que data de varios años atrás y se han acostumbrado a los malos olores y al agua estancada.
Informaron ya haber hecho el reporte correspondiente sin embargo no han acudido a arreglar, añadieron que en años pasados han acudido a hacer bacheo, pero no solucionan el problema, pues en cuanto comienzan a pasar los automóviles, quedan al descubierto los socavones.
De acuerdo al señor Rafael Silva, quien continuamente pasa por la zona en una motocicleta, dijo que le ha tocado ver varios incidentes, porque quien no conoce la vía, cae en los baches o bien, peatones son salpicados de las fétidas aguas por los conductores temerarios que pasan por las vías a exceso de velocidad, pese a las malas condiciones.
Accidente...
Mientras este medio reporteaba en la zona, fue testigo de uno de los tantos accidentes que ahí ocurren, don Raúl circulaba sobre la calle Ocampo en su bicicleta, cuando ´pensó ´que el ´piso estaba parejo´, pasó por un ´mega´ bache, cayendo al agua.
El hombre se levantó como pudo; varias personas que vieron la acción se acercaron a ayudarlo, recogieron su vehículo, al tiempo que éste recobraba conciencia de lo que había pasado, “estoy mareado”, confesó.
Mojado con aguas negras, un hematoma en la frente y una herida abierta de consideración, fue el resultado del accidente ocasionado por esta fuga.
Al lugar llegaron paramédicos de la Cruz Roja Mexicana, cuya ambulancia también estuvo a punto de caer en el bache que provocó la caída de don Raúl.