María es una mujer que desde hace mas de 40 años se dedica a la venta de ropa “de segunda”, como antes le llamaban porque estaba usada, una época en donde a la gente le daba pena comprar así y hasta se escondía, algo que dice hoy en día ha cambiado, pues mas gente se anima a comprar prendas así, no solo por economía, sino hasta para cuidar al medio ambiente, según le comentan sus clientas.
Cada lunes acude a un tianguis que se instala en Soledad de Graciano Sánchez, donde lleva ropa para toda la familia, pues puedes encontrar desde un pantalón para caballero, hasta una blusa para dama o un vestido para la bebé de la casa y aunque sus ventas no son muchas, si le da para alcanzar a vivir.
“Desde hace mas de 40 años me dedico a la venta de ropa usada, a veces no vendo mucho, pero aunque sea un trapito, es bueno para mí, me ha dado para poder sobrevivir, ahora me pongo aquí en Soledad los lunes y en otro tianguis durante la semana, ya no ando como antes, en muchos lados, porque ya no me puedo mover tanto, pero no me puedo quejar” dijo en entrevista para El Sol de San Luis.
En donde reconoció que cada día es mayor el número la gente que se dedica a la venta de ropa usada, pues más gente sale a comprar, principalmente por el tema de la economía, ya que los salarios que hay actualmente no alcanzan ya para comprar ropa para toda la familia, por lo que buscan donde es más barato.
Y es que se pueden adquirir prensas que van desde los 5 pesos, que son las de menos calidad, pero aun útiles, hasta aquellas que son de calidad premium y que su costo puede oscilar entre los 50 y cien pesos, dependiendo de cada una, la mayoría nueva y aun con etiqueta.
Aunque también dice que otro tema que ha permitido que se venda mas este tipo de ropa es el medio ambiente, pues hay ropa que está en excelentes condiciones, sobre todo la de niños, que merece una segunda oportunidad, entonces la gente la compra, para seguir utilizando y evitar que se fabrique nueva, lo que puede tener un impacto negativo, poniendo por ejemplo los pantalones de mezclilla, por el gasto de agua que requieren “según lo que me dicen las mismas clientas” explicó.
De la ropa de segunda mano y los mitos que hay alrededor, María indicó que siempre se pone en los tianguis, donde hay otros comerciantes que tienen pacas con mas piezas de ropa que las que trae ella, de donde nunca ha visto que salga algún animal o prensa manchada, considerando que si la persona que la esta adquiriendo tiene alguna duda de la limpieza de la ropa, puede llevar a su casa y lavarla, incluso con alguno de los productos que hoy en día se venden, que prometen desinfectar todo.
Ante esto, dijo que la gente puede ir a comprar ropa en estos negocios de segunda mano, en los que puede matar dos pájaros de un tiro: ayudar al medio ambiente y ayudar a su economía, sin ningún problema.