Debido a que las personas mayores de 60 años se han identificado como sector más propenso al contagio de Covid-19, el asilo de mujeres San Vicente de Paúl también han entrado en cuarentena y ha cerrado sus puertas al público para evitar cualquier tipo de contagio.
Ubicado en Anillo Periférico Oriente kilómetro 22, jurisdicción del municipio de Soledad, el asilo únicamente recibe a mujeres mayores de 65 años, tiene un capacidad para 60 y actualmente lo habitan 26.
Lo anterior fue informado por el director del inmueble, Sergio Jacobo Mendoza López, quien por medidas de seguridad otorgó la entrevista desde el exterior, ya que no se permite el ingreso de nadie, excepto de quienes trabajan en el asilo, y quienes tienen que pasar por un filtro para desinfectarse, por ejemplo, se lavan manos y cara, y además tienen que desinfectar la planta de su calzado,
Por otro lado, compartió que la abuelita más ‘joven’ tiene 68 años de edad y la más grande 95; casi todas padecen alguna situación de hipertensión, diabetes o algún grado de demencia senil.
La mayoría tiene familia o algún pariente cercano que se hace cargo de ellas, mientras que entre el 5 y 10 por ciento fueron abandonadas, llegaron al asilo a través del Sistema DIF o de un vecino o persona que dio informes sobre su situación de vulnerabilidad.
Su día inicia a las 07:00 horas, diariamente se bañan con apoyo de las cuidadoras, posteriormente se les ofrece el desayuno; luego reciben terapia física durante tres horas; al mediodía con las religiosas rezan el ‘rosario’ y a las 13:00 horas vuelven a comer.
El resto del tiempo ha sido complicado ofrecerles alguna alternativa de distracción, ya que por las medidas de seguridad no se está permitiendo el ingreso a instructores, por lo que el mismo director así como el personal, participa leyendoles, o se les pinta el cabello, o les ‘hacen’ las uñas.
Mendoza López agregó que actualmente están en nómina general 26 personas, pero cinco fueron enviadas a casa por presentar factor de riesgo al contagio de coronavirus, “estamos trabajando con menos personal, pero buscando la mejor manera suplirlos, porque el servicio es complicado, las señoras requieren atención mañana, tarde y noche”, destacó.
En cuanto a los sueldos del personal, es pagados por una asociación civil sin fines de lucro, Cabral Obregón A.C., además se cobra una cuota de recuperación a los familiares de las residentes, siendo el 50 por ciento del costo real y la otra parte, a través de donaciones de empresas como Cummins, personas físicas y Gobierno del Estado.
Por su parte la hermana Ana Laura Cortés Marmolejo, quien forma parte de una comunidad de seis religiosas que trabajan desde hace casi cuatro meses, informó que coordinan todo el trabajo operativo de la residencia, tratando de brindar un ambiente familiar y bienestar para todas, de manera integral, no solamente espiritual sino en todas sus necesidades personales de cada una y se cumpla con las expectativas tanto de las familias como de las residentes y los trabajadores.
Ellas forman parte de la congregación “Aliadas Carmelitas Descalzas de la Santísima Trinidad” provienen de Aguascalientes, en ese estado está su ‘casa madre´ y son una rama de Carmelo Descalzo y se dedican, en su mayoría, a atender asilos en varias partes del mundo, así como colegios, casas de retiro o espiritualidad o parroquias.
“Nosotras vivimos aquí mismo, en una área separada e independiente y estamos día y noche al pendiente de las necesidades de las abuelitas”, puntualizó.
De igual manera comentó que ya tuvieron la visita del personal del Sector Salud desde que inició la cuarentena, y supervisan que se lleven a cabo las medidas sanitarias correspondientes y acuden de manera continua a verificar que esté todo en orden.
“Realizamos trabajo de 24 horas al día, desde limpieza, cocina, aseo, jardines, enfermería y medicina general en atención a ellas...somos menos y estamos dando un poco más para ayudar en áreas que se quedaron sin personal”, precisó.
Finalmente tanto la hermana Ana Laura coo el director del asilo, Sergio Jacobo, comentaron que toda ayuda es bienvenida, desde donativos en especie, sabanas y cobertores, así como productores de limpieza.
“Cuando todo pase, volveremos a abrir las puertas de nuestro asilo, para que lo conozcan y personas que quieran venir a convivir con las abuelitas,vengan, ellas necesitan de mucha atención, pero pedimos que las tengan presentes”, indicó la hermana.
Así, gracias a todos los que trabajan en este asilo, las señoras están sanas, seguras y en un ambiente cálido, y si bien saben lo que está pasando al exterior con la pandemia mundial, ya quieren ver a sus familiares y la única manera de acercarlos a ellos, por lo pronto, es a través de videollamadas.
Otros datos...
Fue fundado el 12 de enero de 1987, operado por la Orden de Religiosas Hijas del Calvario. En diciembre de 2019 se cambió la administración del lugar, llegando las hermanas Aliadas Carmelitas Descalzas de la Santísima Trinidad y por primera vez se cuenta con una dirección.
El asilo San Vicente de Paúl cuenta una gran estancia donde día con día sus residentes pueden pasar el tiempo ya sea mirando la televisión o platicando entre ellas.
Asimismo, el comedor cuenta con un espacio amplio y bien iluminado para su comodidad.Al ser coordinada la labores por religiosas, también tienen una capilla a la que asisten y se ofrece la celebración eucarística, aunque por el momento están suspendidas.
El hogar se encuentran entre áreas verdes que las abuelitas pueden disfrutar,así como área para hacer actividades tales como ejercicio, juegos de mesa, etcétera.
Finalmente, pero no menos importante, cuentan con área de enfermería donde llevan un orden bien marcado de los medicamentos para cada una de ellas.