En el marco del Día Mundial de Toma de Conciencia de Abuso y Maltrato en la Vejez, la Unidad de Atención a la Violencia Intrafamiliar (UAVI) de Soledad de Graciano Sánchez ha revelado un alarmante incremento en los casos de maltrato hacia mujeres adultas mayores en el municipio.
Miriam Castillo Moreno, encargada de la UAVI, informó que al menos el 80 por ciento de las denuncias recibidas corresponden a mujeres de la tercera edad que se niegan a denunciar a sus hijos y esposos agresores.
"Últimamente se ha acrecentado la violencia hacia las personas adultas, pero tenemos un pequeño inconveniente: aunque queremos darles traslado, asesoría psicológica y apoyo jurídico, la mayoría se niega. Muchas refieren que los agresores son sus hijos o esposos y, por patrones de crianza, prefieren no denunciar", explicó Castillo Moreno.
Por ello dijo que la UAVI ha intensificado sus esfuerzos de concientización, volviendo a visitar los domicilios de aquellas mujeres que inicialmente se negaron a denunciar, para hacerles ver la importancia de hacer valer sus derechos.
"En su mayoría, los agresores son hijos con problemas de adicción, lo que complica aún más la situación. Para proteger a las víctimas, existen medidas de restricción y seguridad proporcionadas por el Centro de Justicia y la Fiscalía. Esta es la única manera de ayudarlas, alejando a los agresores de la familia", concluyó Castillo Moreno.
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En este sentido la abogada especialista también remarcó que el maltrato a mujeres adultas mayores es una problemática grave y, a menudo, invisibilizada.
Dijo que este tipo de violencia puede manifestarse de diversas formas, incluyendo el abuso físico, psicológico, emocional, financiero y la negligencia.
“Las mujeres mayores, debido a su vulnerabilidad y dependencia, suelen ser blanco de estos abusos, muchas veces perpetrados por familiares cercanos como hijos y esposos”.
Explicó también que las consecuencias del maltrato en mujeres mayores son devastadoras. Ya que pueden experimentar un deterioro físico y mental acelerado, aislamiento social, depresión y una notable disminución en su calidad de vida.
“La falta de recursos y el acceso limitado a servicios de apoyo agravan la situación, dejándolas atrapadas en un entorno abusivo sin salida aparente”.
Por último dijo que es crucial fomentar la toma de conciencia sobre este problema y promover políticas y programas que protejan a las mujeres adultas mayores, garantizando su seguridad y bienestar.