Soledad de Graciano Sánchez.- Pese a que la actividad económica cada vez ha ido mejorando para diferentes sectores económicos con los cambios del semáforo sanitario, hoy en color verde, para pequeños agricultores del municipio la crisis ya la tenían antes de iniciar la pandemia y empeoró con la llegada del Covid-19.
A eso se le suma el factor clima, que por falta de precipitaciones pluviales golpea sobre todo a los productores que no cuentan con su propio sistema de riego.
Y es que, la falta de apoyos gubernamentales de los tres niveles de gobierno, el nulo acceso a créditos para adquirir desde tierras propias, herramienta y maquinaria para sembrar, ha hecho que este sector esté decayendo.
Así lo consideró el señor Martin Perez, quien fue entrevistado al término de la recolección de betabel y preparándose para lavar la hortaliza, “esta de aquí se va al mercado de abastos, y ellos la envían a Tampico”, comentó.
Para ejemplificar lo mal que les ha ido, a pesar de que no han parado de sembrar desde que inició la pandemia a la fecha, dijo que un manojo de betabel, conformado por 4 o 5 de éstas, lo venden en 6 pesos, pero el producto “para cuatro manos más, y lo van re vendiendo hasta al consumidor en 24 pesos o más, ganamos muy poco”, aseguró.
Añadió que en su familia trabajan hermanos y primos en el campo, algunos terrenos son propios y otros los rentan, en donde además cultivan lechuga, espinacas, cilantro, rábanos, y acelga.
Sobre las recientes lluvias, el agricultor expresó que, “claro que fueron de beneficio, pero falta, porque apenas se humedeció la tierra... no fue suficiente”, concluyó.